Un comercio cerrado en el centro de València. EPDA
Un local en alquiler en València. EPDA La covid-19 ha dejado ya más de 2.000 fallecidos en la ciudad de València, desde que la pandemia eclosionara el pasado mes de marzo en todo el país. La presión sanitaria continua lentamente en aumento tras multiplicarse los casos en esta segunda ola, sin embargo, las cifras sanitarias eclipsan las víctimas económicas que el virus está dejando en todos los barrios del Cap i casal.
Y es que, el empeoramiento de la situación, ha llevado a las administraciones a aumentar, una vez más, las restricciones en los sectores de la hostelería, el ocio y el turismo, que sobrellevan, a duras penas esta situación. Otros, los más afectados, no han podido ni reabrir las persianas desde que se decretara el primer confinamiento generalizado en el mes de marzo, es el caso de mucgas discotecas, pubs y el resto de empresas dedicadas al ocio nocturno.
Las últimas limitaciones han supuesto una vuelta de tuerca más para limitar contagios con origen social. Esta nueva normativa, que tendrá efectos hasta las 23.59 horas del 9 de diciembre, mantiene activo el toque de queda, y restringe todavía más los aforos en los locales. En esta línea, el consumo en el interior de los espacios no podrá superar un tercio del aforo, ni en terrazas el 50 % y se prohíbe los servicios tipo self-service y el bufet. La Generalitat mantiene cerrado el ocio nocturno, afectando esto a la actividad delas discotecas, salas de baile, pubs, karaoke y bares de copas; así como los locales con actuaciones en directo.
En hoteles y alojamientos turísticos, el aforo será de un tercio en zonas comunes, mientras que en los cines, teatros y auditorios se reducirá el aforo al 50 %; así como se limita a un tercio la capacidad de público en establecimientos minoristas y de actividades de servicios profesionales que no formen parte de centros y parques comerciales. Por su parte, en los mercadillos al aire libre y en los centros comerciales el aforo queda reducido también al 50 %.
Las consecuencias no se han hecho esperar. Por ello, Desde la Confederación Empresarial de Hostelería y Turismo de la Comunidad Valenciana, que integra a los representantes de la Hostelería de las tres provincias, ya se ha solicitado un paquete de ayudas directas al sector que permita amortiguar la dificil situación que están viviendo, agravada ahora con las últimas restricciones. Las ayudas solicitadas por valor de 80 millones de euros supondrían un plan de rescate directo para las 34.000 empresas del sector que permitirían hacer frente, entre otros, al pago de las cuotas a la seguridad social de los profesionales autónomos, así como a los costes laborales de los trabajadores en activo durante este mes de noviembre. Estas ayudas intentan solucionar “unas reducciones de aforo que hacen inviable la actividad y ponen en peligro la continuidad de 10.000 empresas”.
En la misma línea, se muestran desde el sector del Ocio, Turismo, Juego, Actividades Recreativas e Industrias Afines de la Comunitat Valenciana (FOTUR) que ha dado un grito de “socorro” para reclamar a las administraciones un “rescate urgente”. Durante los primeros meses de pandemia, el sector calcula pérdidas de más de 53 millones de euros y alerta de que, con las nuevas restricciones, “el 80% de las pymes desaparecerá definitivamente” en la Comunitat Valenciana. De acuerdo con la agrupación, este sector suma 2.500 empresas y más de 20.000 trabajadores (directos), pero “se está desangrando lentamente sin que nadie nos eche una mano”. “Nos han dejado tirados en la cuneta, olvidados y además sin interlocutores en la administración”, ha manifestado el secretario general de Fotur, Juanjo Carbonell.
Hostelería: “Hay que evitar la ruina definitiva”
La Coordinadora de Hostelería de los Barrios de València advierte que las últimas medidas de la Generalitat, como el toque de queda, tendrá un coste de un millón de euros para la hostelería de la ciudad y de 5,5 millones a nivel autonómico. La coordinadora considera “esencial” que los locales de ocio recuperen cuanto antes su actividad, en horario diurno, prestando servicios de hostelería para evitar, advierte, “su ruina definitiva”. Las pymes hosteleras, señala, soportan en estos momentos caídas de facturación “por encima del 50 % con respecto a 2019, y por cada hora menos de actividad se deja de ingresar una media de 160 euros al día, dependiendo del tipo de local y de la zona”. Además advierte que el toque de queda “lleva a un aumento de las reuniones familiares y de amigos, las que más focos de contagio provocan”. “No parece que aplicar nuevas restricciones a la actividad de los establecimientos públicos, que desarrollan su actividad con todo tipo de medidas preventivas, puedan contribuir a reducir las cifras de contagio”, ha advertido.
Hoteles: “Regular alquileres y bancos”
Juan Carlos Sanjuán, vicepresidente de la Asociación de Hoteleros de la Comunitat Valenciana; ha calificado la situación de “dramática”. “En València los hoteles abiertos no llegan ni al 22% y los que están abiertos tienen una ocupación de un 20%”, detalla Sanjuán. Como no hay turismo “la gente que viene es solo por trabajo” explica el responsable, que lamenta que “a pesar de no haber ayudas económicas, seguimos pagando IVA, IBI, IRPF y los bancos quieren cobrar. Seguimos pagando todo, pero teniendo ingresos cero”. “Es necesario que el gobierno regule la situación con los bancos y con los alquileres, porque nos está tocando negociar con proveedores y propietarios, sin tener ninguna alternativa”, denuncia Sanjuán, que advierte de que las ayudas del bono turístico de la Comunitat “está n muy mal montadas” y no resuelve el problema que se ha generado”.
Salones: “Nos morimos de sed y nos dan una gota de agua”
Rosa Bosch, representante de la Asociación de Empresarios de Salones de Boda y Convenciones de la Comunidad Valenciana, asegura que “las últimas limitaciones, nos mantienen abiertos, pero es como si nos cerraran”. La responsable detalla que “no se entiende que en un salón de 8.000 metros cuadrado, pongan un aforo de 15 personas por sala, la misma cantidadde público que un bar de 70
metros cuadrados”.
“Es como darnos una gota de agua, cuando te estas
muriendo de sed. Nos están
manteniendo abiertos, pero nadie va a organizar una
boda con 15 invitados. Y aunque así fuera, el coste económico es superior al beneficio”, detallan desde la
asociación. “Hemos ganado
un 30% de lo que habríamos
ganado el año pasado, ahora
estamos a punto de llevar a
todos al ERTE y cerrar”. Además han recordado que “los
salones son zonas seguras,
donde se garantiza un distanciamiento entre mesas,
se cumple la organización de
grupos de seguridad y que la
gente no se mezcle. Se han
seguido medidas de seguridad y no hemos tenido contagios y si ocurrieran, tenemos toda la información por
si pasara algo, porque controlamos muy bien la trazabilidad”.
Salas de Fiesta: “Somos
los odiados, nos tratan
como la peste”
Kike Sancristán, presidente de la Asociación de Empresarios de Salas de Fiesta,
Baile, Discotecas y Pubs de
Valencia (AEDIVA), ha lamentado que al ocio nocturno “ya
no le queda ni una gota de
sangre” y ha denunciado ser
“los odiados” por la administración y ser tratados como
“apestados”.
“Somos un sector muy importante, cuyo cierre está
arruinando a muchas familias”, apunta Sacristán. “Somos un ocio reglado, una
industria a la que están pegando con el látigo de la indiferencia y que está provocando consecuencias en otros
muchos sectores como el de
transporte, el de estética o el
de las tiendas de ropa”.
“Da la sensación de que el
virus sale a las 12 de la noche y no es así. Se nos señaló
mucho durante la desescalada como origen de los contagios, y la realidad es que solamente estaba abierto un 10%
del ocio nocturno y con una
afluencia muy baja. El cierre
ha provocado que la gente
haga botellón y fiestas clandestinas, y eso es lo que ha
cuadruplicado los casos”, denuncia el responsable.
Del mismo modo, ha exigido medidas para ayudar con
esta situación. “Se tuvo que
comprar mobiliario, y adaptar las salas, para luego cerrarnos enseguida, teniendo
unos alquileres altísimos, algunos de más de 6.000 euros. Es una situación insalvable. No queremos limosnas,
pero se tienen que regular
los gastos que tenemos que
hacer, y suplir la facturación,
si nos obligan a cerrar. O nos
paralizan los gastos o nos dejan trabajar”, ha concluido.
Taxistas: “Se están
vendiendo y
suspendiendo las
licencias”
De acuerdo con Fernando
del Molino, de la Confederación de Taxistas Autónomos,
la situación de los taxistas
“nos impide poder acogernos a las ayudas” ya que “aunque estamos trabajando, tenemos unas perdidas de un
60%-80%”.
Desde la agrupación han
recordado que “hacemos servicios de urgencia, porque somos más rápidos incluso que
las ambulancias, pero con el
toque de queda la bajada de
la demanda es de entre un
95% y un 100%, porque no
hay gente en la calle”. “Lo
poco que podemos recoger
es para los gastos que tenemos”, ha lamentado del Molino, que ha recordado que
“estamos exigiendo un rescate del sector “ y “una flexibilización de las condiciones,
ya que se tiene que marcar
un equilibrio. Hay una ley del
taxi que regula las tarifas y
estas tienen que ser razonables”.
“Estamos abandonados,
los compañeros están queriendo suspender o vender
las licencias para intentar
buscarse la vida en otros lados. Todo ello, mientras se
están dando 26 millones a
empresas de transportes
públicas. Y tienen que darse cuenta que somos 4.700
trabajadores que necesitan
ayuda”.
Productores y dj’s:
“Las contrataciones se
han suspendido al 100%
Juan Manuel Surián, de la
Asociación de Productores y
Dj’s de la Comunidad Valenciana (PRODJCV), detalla que
la apertura en verano ha sido
“un espejismo” y que el poco
tiempo que pudieron trabajar “tuvimos la mitad de trabajo y con muchos problemas para que nos pagaran”.
“Las discotecas no eran discotecas. Con 60 personas de
aforo y la gente sentada, no
se podía trabajar”, explica Surián. “Tengo el 100% de las
contrataciones canceladas”,
continua el dj, que subraya
que “algunos que somos autónomos todo el año hemos
podido justificar el cese de
actividad, pero otros no han
podido cobrar absolutamente nada”.
Asimismo, Surián ha criticado las ayudas de València Activa, “se dieron 1.000 ayudas, para más de 10.000 personas
que las solicitaron”, algo “insuficiente”. Y ha pedido que “se nos
deje trabajar, con todas las medidas de seguridad”. “Si hay excesos
y alguien no cumple la normativa,
que le cierren inmediatamente”,
pide también.
Artistas: “La
incertidumbre nos
impide realizar
actuaciones”
Carol McCloskey, de la Sociedad
General de Autores y Editores
(SGAE); ha lamentado que la situación económica de los artistas esté en 0. “Está todo cerrado y lo poco que hay abierto, los teatros, las
salas, los cines, está todo vacío”.
La responsable ha detallado que
“aunque los aforos en estos espacios es de un 50%, la realidad es
que mucha menos gente está acudiendo a ver espectáculos porque
tienen miedo, por lo que estamos
sin ingresos desde hace 10 meses
prácticamente”. Además, McCloskey ha recordado que “a pesar de
las promesas de las administraciones, estamos peor que cuando comenzó la pandemia”, y ha asegurado que “no se están pudiendo
cerrar contrataciones por la incertidumbre, porque no sabemos si
esto va acabar en 2021 o en 2022”.
“Necesitamos que alguien nos
rescate, porque somos muchos artistas pequeños que no podemos
montar ningún tipo de espectáculo. Estamos desesperados, y al final, si no nos mata la covid, nos va
a matar el hambre”, denuncia la
portavoz que ha reconocido que
“la cultura y el entretenimiento es
una vacuna de vida, tan importante como la sanidad”.
Pirotécnicos: “Esto es una
situación de catástrofe”.
“Vamos a tener un 100% de perdidas en el ejercicio”, denuncia Ricardo Caballer, pirotécnico de Ricasa, que asegura que, los pocos
castillos que ha podido disparar este año “no han llegado ni al 1% de
la facturación en un año normal”.
El responsable recalca que “no hay
un espectáculo más anticovid que
la pirotecnia, donde se puede disparar a una distancia de kilómetros y garantizar las distancias de
seguridad en sitios abiertos”. “Nadie me ha podido explicar porque
en verano la gente ha ido a la playa a tomar el sol sin mascarilla, y
en cambio los pirotécnicos no hemos podido disparar castillos en
los mismos espacios, pero con la
gente llevando la mascarilla”.
“Las administraciones han hecho lo fácil, anularlo todo, en vez
de trabajar para que se pudiera
hacer las cosas con medidas de
seguridad”, critica Caballer. “Ahora mismo algunas empresas están
aguantando por los ERTES, pero
en cuanto se acaben muchas van a
tener que cerrar, porque no es una
cuestión solamente de suspender
las fiestas, es que se cierran parques temáticos y se cancelan festivales de música, que es también
donde trabajamos”.
“Esta es una situación de catástrofe y nos tienen que ayudar, porque no hemos parado de pagar
cuando no hemos podido trabajar absolutamente nada”, explica
el responsable de Ricasa, que ha
pedido “subvenciones a fondo perdido y no ICO’s y una suspensión
de pago de impuestos inmediata”.
Comercio cerrado en València. EPDA
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