Miguel Sevilla Casas. /EPDAMi nombre es Miguel Sevilla Casas. Nací en septiembre de 1948. Soy pensionista. No tengo estudios. Pude ir unos años a la escuela (como se llamaba antes), pero había que trabajar a edad temprana para ayudar en casa. Lo que sé me lo ha enseñado la propia vida. Mis padres me enseñaron, entre otras cosas, a respetar a todo el mundo y después de tantos años así lo sigo haciendo.
Las personas de mi generación, algunas de la anterior y también de la generación posterior a la mía, no podemos decir que también se nos respeta. Y esto lo digo porque las personas mayores tenemos muchísimos problemas y dificultades en todas las instituciones, ayuntamientos, bancos y cajas de ahorro, … ya que se da por hecho que todos sabemos informática, que sabemos utilizar internet, que sabemos hacer trámites telemáticos, usar cajeros para trámites y operaciones bancarias, etc, … y todo lo que supone en general “utilizar las nuevas tecnologías”.
A continuación paso a explicar lo que me sucedió el pasado 26 de marzo del año en curso: Como cualquier ciudadano de a pie, acudo a mi entidad bancaria a retirar dinero en efectivo de mi cuenta corriente para gastos domésticos de casa, esto es, la cesta de la compra, gasolina para el coche, gastos varios, etc, …. En este caso concreto me personé en la entidad bancaria donde resido y además en dicha entidad tengo domiciliada mi pensión. Pues bien, en ese momento en el mostrador de la Caja no había ninguna persona, pero si había tres personas en distintas mesas y una de ellas me preguntó qué necesitaba. Le respondí que necesitaba hacer una retirada de dinero efectivo de mi cuenta bancaria y obtengo como respuesta que la Caja estaba cerrada y que debía ir al cajero automático exterior, situado otra calle. Mi respuesta fue que no lo haría así, y ello por dos razones: la primera es que no sé manejar un cajero automático, y la segunda razón, es que hacer retirada de dinero efectivo en plena calle es peligroso y arriesgado, sobretodo para las personas mayores, como es mi caso, ya que estamos muy expuestos a posibles robos y lesiones consecuencia de dichas sustracciones. No es nada nuevo y por todos es sabido, que a la personas de edad avanzada al ir a sacar dinero del banco, te pueden vigilar y posteriormente seguirte para a continuación robarte y también pueden sufrir lesiones, caídas, … por dicho robo.
Al final se solucionó la gestión teniendo que esperarme 30 minutos en la oficina a que llegara la persona que ocupaba el puesto de la Caja, diciéndome que “como excepción” me daría la cantidad solicitada. O sea, estamos hablando de “mi dinero” y resulta que me entregan la cantidad requerida “como excepción”, ¿¿perdone??. Incomprensible. Resulta que los bancos y cajas de ahorro tienen nuestro dinero, del que por supuesto hacen uso, explotándolo y recibiendo beneficios de los que yo no recibo ni un solo céntimo, y es más, si te descuidas y no revisas la cuenta te cargan todo tipo de comisiones.
Yo me pregunto si todo esto es lo que merecemos las personas mayores que lo único que hemos hecho en nuestra vida mientras estábamos en activo ha sido trabajar y más trabajar para sacar adelante a nuestras familias y también hemos contribuido con el sistema, y llegados a un punto en que por nuestra edad y carencia de conocimientos informáticos, telemáticos, digitales, etc … resulta que el sistema nos da de lado y en la mayoría de las instituciones nos tratan de esta forma sin ningún tipo de miramiento consideración ni empatía.
Aprovecho la ocasión para dar las gracias a este medio de comunicación por darnos voz, y también animo a las personas mayores para que suban a este carro para defender nuestros derechos y que se nos escuche, y que al fin y al cabo, no hay que tragar con todo tipo de tropelías que nos quieran imponer los políticos, banqueros, o cualquier empleado o funcionario que desde su puesto de trabajo se limite a decirnos a los mayores por ejemplo que nos vayamos al cajero automático a realizar la gestión, -tanto si sabe como si no se sabe hacerlo- por que según dicen son “órdenes de arriba” ….. Por favor, más consideración, comprensión y empatía para las personas de más edad.
Quiero también aprovechar para decirles a los jóvenes y a las nuevas generaciones que espabilen y luchen, que todas estas trabas y dificultades que nos podemos encontrar en nuestro día a día también les puede pasar a sus propios abuelos/as, a sus padres/madres, y que tienen la obligación moral de luchar por ellos, de luchar por las generaciones anteriores que son las que han cuidado de las nuevas generaciones que han nacido en la llamada “era de las pantallas y nuevas tecnologías” sabiendo ya utilizar un móvil, una tablet, o cualquier otro dispositivo, no teniendo que pasar por este tipo de situaciones como nos pasa a nosotros.
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