Unos turistas con maleta por Valencia. EFE Las viviendas turísticas de València han perdido desde la declaración del estado de alerta un total de 20 millones de euros, de los que la mayoría corresponden al dinero que han dejado de ganar los propietarios y las empresas gestoras y un porcentaje menor a la caída de ingresos de proveedores de servicios como limpieza o lavanderías, los dos principales operadores de un sector que da trabajo a más de 2.000 personas en la ciudad.
Así lo señala la organización Avaec (Asociación de Viviendas de Alquiler para Estancias Cortas de la Comunitat Valenciana), que calcula en 18 millones de euros las pérdidas que corresponden a los propietarios y gestores de Viviendas de Uso Turístico, que han dejado de percibir ingresos por las reservas anuladas, y en 2 millones la caída de los pagos a proveedores (limpieza de los pisos o lavanderías), que no se han producido.
La Avaec solicita estar presente en los foros para reactivar el turismo, que representa el 15 % de la economía valenciana, y reclama ayudas a las que puedan acceder las Viviendas de Uso Turístico para garantizar su supervivencia de su sector, en un comunicado que ha divulgado hoy.
"La crisis provocada por la COVID-19 ha supuesto un duro golpe para este sector como consecuencia de las cancelaciones en cadena provocadas por la situación en nuestro país y en los países de origen de quienes ya habían realizado sus reservas", señala su nota.
"La situación de emergencia sanitaria ha coincidido con uno de los periodos con mayor número de afluencia turística en nuestra ciudad por la celebración de las Fallas y la Semana Santa", añade el comunicado.
Avaec teme que, de no ponerse en marcha de un modo inmediato un plan para reactivar el turismo, muchas de las actividades de este sector no sean capaces de sobrevivir y los daños sobre el empleo sean irreparables.
También recuerda que las Viviendas de Uso Turístico, además de ser la principal fuente de ingresos de los gestores profesionales y de muchos ciudadanos que alquilan de este modo sus viviendas, generan más de 2.000 puestos de trabajo directos en la ciudad, que ahora peligran, sin tener en cuenta la repercusión indirecta, puesto que se dejaría de contratar a profesionales externos para reformar los pisos (albañiles, electricistas, fontaneros o fumigadores) y de utilizar servicios de empresas como las de limpieza y lavandería.
Por eso solicita, tanto al Ayuntamiento de València como a Turisme, ser considerado como interlocutor sobre las medidas necesarias para reforzar una actividad económica vital para la Comunitat Valenciana y que las Viviendas de Uso Turístico sean tenidas en cuenta como beneficiarias de las líneas de ayudas que se planteen.
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