Toñi Sánchez./EPDA Entre la vorágine de la actualidad, siempre tan urgente y acaparadora, hemos de resquebrajar los espacios y hablar de otros temas que también son importantes. Hoy quiero hablaros de la celebración que este jueves tuvo lugar en el mundo entero, el día de la visibilidad trans. Habrá quien piense, incluso en la izquierda, que es más importante hablar de lo de comer, de lo material, de la inflación, de las ayudas, etc. etc. etc., como si no fuera material la desigualdad a la hora de ser tratadas y tratados por la administración; como si no fuera material la discriminación en el trabajo y el salario; como si no fuera material la violencia sistémica.
El día de la visibilidad trans es un día llamado a ser un canto a la lucha por la igualdad y la libertad de las personas. Porque cada vez que conseguimos que el colectivo trans tenga mayor igualdad y mayor libertad somos todas y todos un poquito más iguales en el mejor sentido de la palabra, y un poquito más libres, en el más bello sentido de esta palabra.
Cuando hablamos de transexualidad debemos tener claro que hablamos de derechos, de derechos que todas las personas debemos poder disfrutar por igual y para lo que necesitamos un marco legal adecuado. Ya es hora de que la autodeterminación de género, un derecho perteneciente a las personas, sustituya al diagnóstico de "disforia de género" como si fueran personas enfermas. Ni tutelas, ni patología, ni deseos, hablamos de derechos.
Hemos avanzado y seguimos avanzando. En hace casi 5 años (el 7 de abril de 2017), la Comunidad Valenciana se convirtió de nuevo en uno de los territorios a la vanguardia de la libertad. Se reconocía el derecho a la identidad sexual libremente manifestada sin necesidad de prueba médica o psicológica y a ser tratadas o tratados conforme a ella; se prohibían las aberrantes terapias de aversión, conversión y contra-condicionamiento; se erigía, al fin y al cabo, todo un abanico de garantías, reconocimientos, derechos y protecciones públicas y administrativas tendentes a lo dicho líneas atrás, ser vanguardia de la libertad. Seguimos trabajando en el ámbito estatal pese a los bloqueos del Consejo Fiscal y del conservador Poder Judicial.
Hemos avanzado, sí, pero tenemos que seguir en la lucha porque los delitos de odio, al calor de la ultraderecha, han crecido y el colectivo trans lo sufre directamente en sus propias carnes. Tenemos que seguir luchando porque la libertad no se negocia ni se abandona contra los reaccionarios sino todo lo contrario, a los reaccionarios solo se les enfrenta con más libertad, con la libertad que es propia de la igualdad y la justicia. ¡Qué cada cual sea como es! ¡Qué cada cual sea libre!
¡Sí se puede!
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