El magnate y dueño del Valencia CF, Peter Lim, en Mestalla. EFE/Juan Carlos Cárdenas/Archivo El propietario del Valencia CF, Peter Lim, cumple esta semana sus
primeros cinco años al frente del club de Mestalla en el momento de
menor popularidad desde su llegada a la entidad, que tuvo lugar en
octubre de 2014 y que fue acogida con expectación, pero también con el
apoyo de la afición valencianista.
El desde entonces máximo
accionista, que reside en Singapur y apenas ha visitado Valencia, se ha
mantenido en un segundo plano ante el valencianismo, pero los
desencuentros de este verano con el director general, Mateu Alemany, y
el entrenador, Marcelino García Toral, abrieron una situación de crisis
en el club.
Esta situación se produjo, por sorpresa, en el mejor
momento deportivo del Valencia de la última década, tras la
clasificación por segundo año consecutivo para la Liga de Campeones y la
obtención de la Copa del Rey en el año del centenario de la fundación
del club.
Durante el verano y en cuestión de días, la crisis
cobró velocidad, hasta el punto de que en septiembre Lim adoptó la
decisión de destituir a Marcelino como consecuencia de sus discrepancias
y las críticas del técnico a sus decisiones en torno a la confección de
la plantilla.
Desde ese momento, la afición le ha pedido que
dejara el club con críticas que también han ido dirigidas al presidente
de la entidad, Anil Murthy.
El fondo de la cuestión, más allá de
circunstancias puntuales, reflejaba un problema más profundo con el
único aspecto positivo de que apenas ha afectado al equipo que, tras
apoyar a Marcelino en su momento, ha cerrado filas en torno a su nuevo
técnico, Albert Celades.
Esta es la situación actual de un club
cuya estructura se fraguó tras los acuerdos alcanzados hace cinco años
por Meriton, la empresa de Lim, con la Fundación Valencia CF, accionista
mayoritaria del Valencia en ese momento, para adquirir sus títulos y
con Bankia para refinanciar las deudas de la entidad y de la propia su
fundación.
El club estrenó su nuevo modelo de gestión tras la
imposibilidad de que la Fundación Valencia CF hiciera frente al pago de
un préstamo de 75 millones de euros, que con intereses se aproximó a
los noventa, recibido de Bankia en 2009, lo que le había convertido en
accionista mayoritario en la ampliación del capital social acordada en
aquel año.
Desde entonces, el Valencia presentó una nueva
estructura en su consejo de administración, presidido inicialmente por
el entonces presidente Amadeo Salvo, posteriormente por Layhoon Chan, la
primera mujer que ha estado al frente del Valencia, y por Anil Murthy
desde el 1 de julio de 2017.
El valencianismo recibió a Lim con
tristeza, alivio y preocupación. La tristeza provenía de saber que la
sociedad valenciana no había sabido resolver los problemas derivados de
la mala gestión de la entidad, especialmente durante el mandato de Juan
Soler (2004-2008), que le llevaron a alcanzar una deuda inasumible.
El
alivio se debió a haber encontrado una solución a un problema que ni el
club, ni su fundación, ni el valencianismo, ni la sociedad valenciana
habían sido capaces de resolver. La preocupación pasaba por saber si el
nuevo propietario acertaría en la gestión del Valencia.
Fue el 25
de octubre de 2014 cuando Mestalla dio la bienvenida a Lim en un
ambiente muy diferente al del último encuentro disputado por el equipo
en su estadio. Aquella tarde el Valencia ganó al Elche por 3-1 con el
empresario de Singapur en un palco en el que su presencia posteriormente
no se ha prodigado.
La megafonía pidió "un gran aplauso" para
Lim, que se sentó junto al presidente Salvo y Layhoon Chan, la directiva
de Meriton que poco después iba a presidir la entidad.
Aquel día
se desplegó un mosaico de cartulinas preparado por el Valencia y que
incluía el mensaje 'Benvingut Peter' (Bienvenido Peter) con letras de
color azul.
Además, Lim saludó desde el primer piso de la
fachada de Mestalla a los cerca de 1.500 seguidores congregados en la
calle para darle la bienvenida en una situación muy diferente a la
actual.
Por la mañana, el nuevo propietario del Valencia había
visitado las obras del futuro estadio, que entonces ya llevaban diez
años paradas y que no se han reanudado.
Alfonso Gil
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