Víctor Jiménez. EPDA Los numerosos daños materiales ocasionados por la tormenta del pasado viernes ponen de manifiesto una vez más el fracaso del PATRICOVA, el plan antirriadas de la Generalitat presentado en 2003. El PP dijo entonces que la Generalitat finalizaría todas las obras previstas en el Plan en 2011. Un total de 105 obras, con una inversión prevista de 1.470 millones de euros, proyectadas para evitar inundaciones y paliar los efectos de las lluvias torrenciales en la Comunidad Valenciana. A fecha de hoy, el PP ha iniciado menos de la mitad de las obras.
La limpieza y adecuación de los cauces es esencial para evitar episodios como los vividos en localidades de nuestra comarca como por ejemplo Paterna, Burjassot, Rocafort, Godella y tantos municipios de l’Horta durante la madrugada del viernes. Los Ayuntamientos deben acometer limpiezas intensivas de los imbornales durante los meses previos a la gota fría, pero todo este trabajo no sirve de nada si la Generalitat no hace también su trabajo. El PP lanzó un plan antirriadas sin la menor voluntad política de acometerlo. De lo contrario, ¿cómo se explica que entre los años 2003 y 2008 autorizara 107 planes urbanísticos en zonas inundables según el PATRICOVA?
El Gobierno de España y de Mariano Rajoy tampoco está haciendo bien su trabajo. El anteproyecto de presupuestos que presentó Rajoy el pasado viernes supone una reducción del 52% de las inversiones del Ministerio de Medio Ambiente, organismo encargado de acometer las obras pendientes del PATRICOVA a través de la Confederación Hidrográfica del Júcar. En concreto, los 7 millones destinados el pasado año se han quedado en 3,2. Recortar tan drásticamente en la seguridad de los vecinos de l’Horta puede tener consecuencias muy graves. Zonas sensibles a las inundaciones en nuestra comarca, como el cono del Barranco del Carraixet, no son prioridades de gasto ni para el Consell ni para el Gobierno de España, y municipios considerados con elevado riesgo de inundación como Alboraya, Almàssera, Bonrepós i Mirambell o Tavernes Blanques quedan abandonados a su suerte en esta campaña de gota fría.
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