Alejandro Ros. EPDA Hoy voy a hablar de algo de lo que creo que se debería hablar en los colegios, en las clases de educación física, concretamente. Resulta que, gracias a la investigación científica, cada vez hay más estudios y datos que corroboran que tener más fuerza significa tener más salud. Y, lamentablemente, la mayoría de la sociedad desconoce esto.
Tenemos que saber que la masa muscular actúa como un órgano endocrino más, de forma que regula muchos aspectos que juegan un factor clave en nuestra salud, ya que intervienen y regulan muchos procesos metabólicos vitales en nuestro bienestar y en el adecuado funcionamiento de nuestro cuerpo.
¿Y qué aplicaciones prácticas tiene todo esto? Pues bien, si sabemos, por estudios científicos y revisiones de miles de estudios científicos, que el entrenamiento de fuerza y el tener, como consecuencia, mayor masa muscular, puede darnos múltiples beneficios, sería lógico que la gente entrenara fuerza de manera habitual.
“¿Qué beneficios tiene en nuestra salud?”, me preguntan mis amigos cuando hablamos del tema.
Pues bien, facilita la absorción de “azúcar” libre en sangre, previniendo la diabetes y sus consecuencias.
Facilita la absorción de ácidos grasos libres en sangre y la utilización de grasa para transformarla en energía, con lo que reducimos la posibilidad de sufrir problemas de colesterol y obesidad y sobrepeso.
Aumenta la densidad ósea, siendo así un factor clave en la prevención de osteoporosis. Esto es aún más importante en las mujeres, ya que debido a los cambios hormonales producidos tras la menopausia juega un factor clave en la prevención de la osteoporosis y las fracturas que le siguen.
Regula la tensión arterial, tanto a corto como a largo plazo. Esto significa que una persona con la presión arterial elevada puede reducirla durante varias horas con un entrenamiento de fuerza al día y así pasar varias horas del día con menor tensión arterial. Y, además, podrá reducirla de forma prolongada si entrena de forma continuada.
Reduce la probabilidad de sufrir depresión…
Todo esto no significa que puedo entrenar fuerza y luego comer mal, dormir mal, tener malos hábitos generales y que con el entrenamiento de fuerza todo vale, pero sí que creo que está bien que la gente conozca los beneficios que puede tener el entrenamiento de fuerza y que pueda decidir según su conocimiento si quiere o no hacerlo.
Eso sí, que nadie se piense ahora que la única solución es entrenar 90 minutos en el gimnasio 5 días a la semana, porque si pensamos eso es normal que mucha gente no dé el paso de empezar a entrenar fuerza.
Mi recomendación es que empieces con algo sencillo, en casa, con tu propio peso corporal y sin necesidad de utilizar mucho tiempo. Y a partir de ahí, si te gusta, ir avanzando.
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