Lolamarket La
consecuencia directa de las restricciones de movilidad llevadas a cabo para
combatir la propagación de la COVID-19 la han vivido los establecimientos
dedicados al reparto de productos a domicilio, que han experimentado un
incremento en sus pedidos por Internet como pocas veces se ha visto. Mientras
que algunos han tenido que adaptar su modelo de negocio para amortiguar las pérdidas causadas por el
abrupto descenso en los índices de consumo de manera presencial, otros
comercios solo han tenido que compensar la alta demanda aumentando las
contrataciones para no caer en pérdidas.
De entre las escasas consecuencias
beneficiosas que ha tenido el acaecimiento de la pandemia de SARS-CoV-2 se
encuentra la transformación digital de los principales negocios basados en un
modelo tradicional de consumo presencial, que se ha precipitado a causa de las
restricciones de aforo promulgadas por el Gobierno como parte del paquete de
medidas destinado a combatir la propagación del coronavirus. En la práctica,
esto se ha traducido en un aumento de
las contrataciones de personal de reparto para satisfacer el repentino
incremento de la demanda en los servicios delivery, que han experimentado un
crecimiento sin precedentes a raíz de la pandemia.
Las
cambiantes tendencias de consumo a raíz de la pandemia de SARS-CoV-2
Son
evidentes las consecuencias económicas y el impacto en el comercio y la
hostelería que ha tenido la expansión de la COVID-19: un pronunciado descenso
en el consumo, causado por las limitaciones de aforo y movilidad, acompañado
por prolongados periodos de cierre
en las etapas más duras de la pandemia han hecho mella en los establecimientos
dedicados a la hostelería, desde hornos y panadería hasta cervecerías y
restaurantes.
Para mitigar los daños causados, los
comercios que han logrado sobrevivir han tenido que adaptarse a un nuevo modelo
de negocio, donde la producción en tienda y el envío a domicilio de las
comandas es la tendencia predominante. Esto ha requerido de una notable inversión previa no solo en
cuanto a nuevas contrataciones, sino en la adaptación del local a los nuevos
requerimientos para cumplir con las limitaciones del consumo tradicional basado
en la presencialidad, adquiriendo material de seguridad para garantizar la
seguridad durante todo el proceso de elaboración y entrega de los productos,
además de los gastos originados del transporte, mantenimiento de flota de
vehículos para repartir y gastos derivados del modelo predominantemente
telemático.
La
proliferación de nuevas plataformas de comercios online
El
sector del delivery ha traspasado fronteras y se ha adaptado a todo tipo de
negocios a raíz de la COVID-19, desde farmacias y droguerías hasta
restaurantes, hornos, panaderías o incluso ferreterías. Con la máxima de
sobrevivir, todos ellos, de cualquier sector y ubicación, han tenido que
afrontar las laboriosas tareas de adecuación para transformar su modelo de
ventas. De manera obvia, el sector de la alimentación no ha sido ajeno a este
hecho, que ha visto cómo aumentaba la demanda de los pedidos online, bien por
comodidad o necesidad, desde el primer trimestre del año. Esto ha generado un ambiente propicio para la expansión de
plataformas online en el sector de la alimentación, como el caso de lolamarket.com,
uno de los portales web más utilizados para realizar la compra a distancia
basado en la extensión de su catálogo, que bebe directamente de lo ofrecido por
distintas cadenas de supermercados para aglutinar en un solo portal toda la
oferta disponible en la zona próxima al domicilio del cliente, además de
potenciar la rapidez de los envíos, garantizando la máxima frescura y calidad
en cada proceso de entrega y evitando las interminables esperas y el deterioro
de los productos.
Pero el de Lola Market es solo un ejemplo del auge del delivery desde la
propagación del coronavirus de Wuhan. Los comercios que apostaban por un modelo
híbrido entre la presencialidad de los pedidos y la demanda a través de
soportes web se han visto obligados a potenciar y optimizar las plataformas de
pedidos telemáticos, mientras que los negocios tradicionales han tratado de
adaptarse, dentro de sus posibilidades y con los recursos disponibles, a un
proceso de digitalización del consumo que, si bien era imparable, se ha precipitado
por la crisis sociosanitaria sufrida a nivel mundial.
Feedback
positivo entre los clientes nuevos y los veteranos
Los
datos arrojados sobre el nivel de satisfacción de la población a la hora de
utilizar estas plataformas de pedidos online han sido sorprendentes: mientras
que 8 de cada 10 adultos de entre 18 y 39 años realizaba sus pedidos de manera
telemática en tiempos previos a la pandemia, solamente 3 de cada 10 adultos de la franja de edad entre 40 y 59 años había
utilizado alguna vez Internet para realizar un pedido a distancia, dejando en
evidencia la enorme brecha en las tendencias de consumo entre las distintas
generaciones de nuestra sociedad.
Tras
la aparición del SARS-CoV-2 y por el impacto que ha tenido en la economía su
expansión a nivel mundial, esos datos se han ido modificando por los cambios en
los hábitos del consumo en la nueva normalidad. Las estimaciones afirman que
entre el 60% y el 70% de consumidores tradicionales que no utilizaban las
plataformas web para realizar la compra o llevar a cabo pedidos en sus tiendas
habituales de confianza han dado el paso forzados por las restricciones de
movilidad, y las encuestas revelan un nivel de satisfacción generalizado entre
los nuevos consumidores de las plataformas de comercio online.
El
sector de la alimentación, uno de los que cuenta con un flujo de clientes más
constante por las características innatas del mercado, es el que acumula un
mayor nivel de satisfacción no solo en la adaptación de los establecimientos a
las nuevas medidas de prevención, sino en todo lo relativo a la eficacia de sus
pedidos telemáticos y su entrega en el horario establecido. De entre todas las
plataformas dedicadas a la elaboración y reparto de pedidos de alimentación
online, Lola Market es, como leemos en este artículo, de las que reporta un nivel de satisfacción más
elevado entre nuevos clientes, recogiendo la experiencia de un nuevo
consumidor decidido a cambiar de hábitos y plasmando las dudas que este paso
suscita.
Previsiblemente,
los datos reflejen la confirmación del
cambio de tendencia en los hábitos
de consumo durante la nueva normalidad, sobre todo desde la celebración del
Black Friday y hasta el fin de la campaña de Navidad, una época marcada por los
altos índices de gastos que, paradójicamente, es posible que experimenten un
repunte durante la campaña de 2020 en comparación con el mismo período del año
anterior.
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