Mónica Oltra. EPDA La Asociación Valenciana
de Agricultores (AVA-ASAJA) afirma que la vicepresidenta de la Generalitat
Valenciana, Mónica Oltra, demuestra “no tener toda la información”
por parte de la conselleria de Agricultura sobre la lucha contra la Xylella
fastidiosa –a diferencia de la buena información que maneja en otras
competencias de la administración autonómica– puesto que a la asociación
le consta, tanto por el sector como por las auditorías de la Unión Europea
(UE), que “la falta de dotación presupuestaria impide al Botànic aplicar
en la práctica el protocolo de erradicación, lo que está favoreciendo que la
bacteria se expanda más rápido que las talas y ponga en peligro el futuro del
sector agrario valenciano”. Esta es una de las aclaraciones que AVA-ASAJA
desea trasladar tras la reacción de la propia Mónica Oltra a las críticas
formuladas por esta organización durante su balance del año agrario.
La organización agraria concluye que “estamos ante
una emergencia fitosanitaria y la Generalitat Valenciana debe plantarse ante
Madrid y Bruselas para lograr una financiación suficiente con la que, de
verdad, erradicar esta enfermedad”.
AVA-ASAJA asegura que la conselleria que dirige Mireia
Mollà no cuenta con suficiente fondos para eliminar los árboles situados en un
perímetro de 100 metros alrededor de cada positivo, como establece la
legislación europea, sino que se ve obligada a dar prioridad al arranque de los
almendros únicamente infectados, en segundo lugar a los campos abandonados y,
ya en último término, al resto de la superficie damnificada. Sería como si a un
enfermo, razona AVA-ASAJA, en lugar de aplicarle un tratamiento de choque, se
le administrara un tratamiento light, con lo que se agravaría su estado y la
curación se complicaría.
Tal como incida la vicepresidenta, el plan de
erradicación de la Xylella está auditado por la UE. Lo que no dice es que su
último informe de 2019 constata “una aplicación tardía y parcial de las
medidas de erradicación”, con lo que “numerosas plantas que dieron
positivo (…) todavía están presentes en una amplia área infectada con un
alto potencial de infección”. La UE coincide con los testimonios
recabados en que “no todas las plantas hospedadoras se eliminaron en el
área de 100 metros alrededor de las plantas que dieron positivo, el resultado
tras la tala preventiva no es en absoluto el deseado”.
Respecto a las afirmaciones de Oltra de que AVA-ASAJA
forma parte de la Comisión de Seguimiento y de que está al día de las
actuaciones, la asociación contesta que en la última reunión, en la que por
cierto no se levantan actas, AVA-ASAJA solicitó que la conselleria pusiera una
fecha para acabar la erradicación, una demanda a la que no se ha respondido
todavía ni siquiera de forma aproximada. El hecho de formar parte de dicha
comisión, prosigue AVA-ASAJA, “no significa que estemos de acuerdo o
seamos cómplices de las decisiones tomadas de manera unilateral por las
administraciones”.
En cuanto a las referencias de Oltra acerca del drama
social que la Xylella está generando a las familias afectadas, AVA-ASAJA
atribuye en gran parte ese sufrimiento a las mismas administraciones debido a
la insuficiencia de los recursos económicos y humanos destinados. Por un lado,
la cuantía de las indemnizaciones no cubren el valor real de las plantaciones
arrancadas a causa de los límites presupuestarios impuestos. La Generalitat
Valenciana tampoco ha sido capaz de proponer ni un plan para que los
agricultores puedan continuar viviendo dignamente tras el arranque, ni un plan
de reestructuración futura que dé viabilidad a sus explotaciones. Por último,
los presupuestos de la conselleria para 2020 congelan en 700.000 euros la
partida para replantación de parcelas afectadas que en 2019 no se gastó e
incluso recortan a la mitad los fondos dedicados al arranque obligatorio por
sanidad vegetal, de dos a un millón de euros.
AVA-ASAJA advierte a Oltra de que “ese drama social
al que alude será infinitamente mayor si la Xylella continúa su expansión
porque el problema ya no solo será de los agricultores afectados, sino de toda
la agricultura valenciana, española y, a largo plazo, europea”. Según
estimaciones de la Comisión Europea, las pérdidas económicas ocasionadas por la
Xylella ascenderían a más de 5.500 millones de euros al año en caso de
extenderse a todo el continente.
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