La liberalización del
mercado eléctrico y la consecuente pérdida del derecho a una tarifa especial
para riego agrícola –en vigor desde el 1 de julio de 2008– ha supuesto un
brutal encarecimiento de los costes de la energía que los agricultores asumen
para extraer las aguas subterráneas de sus pozos. En tan solo cuatro años, el
nuevo sistema ha acabado por disparar el precio mínimo mensual (término de
potencia) –por imposición del Gobierno– hasta un 70% y el consumo (término de
energía) un 35%, segúnla Asociación Valenciana de Agricultores
(AVA-ASAJA).
“El libre mercado
eléctrico en España jamás ha resultado ser un marco idóneo para rebajar el
recibo de la luz aprovechando la competencia que supuestamente se generaría.
Así, pese a los anuncios oficiales, en realidad los agricultores no hemos
apreciado en ningún momento esa competencia, sino que el Gobierno ha eliminado
bonificaciones y decretado una subida tras otra de los precios de los peajes
que, sumado al aumento del precio de la energía, nos hace insoportable el coste
de la facturación eléctrica”, denuncia el presidente de AVA-ASAJA, Cristóbal
Aguado. Tanto es así que para próximos meses el sector agrario espera otra
subida.
Además de exigir
actuaciones encaminadas a lograr y vigilar una verdadera libre competencia en
el sector eléctrico, la organización agraria insta al Ministerio de Industria a
instaurar contratos de temporada flexibles para las explotaciones de regadío,
de manera que los agricultores paguen por la potencia utilizada solo durante
los meses en los que riegan sus cultivos.
Para Aguado, “la subida
de los costes de producción como el riego, el gasóleo y los abonos asfixian a
los agricultores y están empujando a muchos a abandonar sus explotaciones,
sobre todo cuando los precios están bajo mínimos y los robos de cosechas e
instalaciones de riego se repiten con total impunidad”.
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