Un niño contempla el exterior desde su casa. EFE/Kai Försterling Las consecuencias del confinamiento en casa y, en concreto, de la falta de exposición al sol y de estímulos externos, pueden ser peores en los niños que en los adultos, porque los primeros no son una versión "en pequeño" de los segundos, sino seres humanos en desarrollo, según los responsables del Servicio de Pediatría en los hospitales Vithas de Valencia y Castellón.
“Los niños no son adultos en pequeño”, afirma en un comunicado el doctor Javier Miranda, responsable junto con el doctor Salvador Martínez, del Servicio de Pediatría en los hospitales Vithas de Valencia y Castellón.
Los dos recuerdan que el fortalecimiento muscular y óseo y el desarrollo físico y psíquico de los niños se verá favorecido por el paseo para los menores que acaba de autorizar el Gobierno como excepción al confinamiento derivado del estado de alarma.
La vitamina D, que se sintetiza por la exposición solar, aunque puede ser suministrada por vía oral, es fundamental para el crecimiento óseo y la adecuada mineralización del hueso y la visión de lejos puede verse comprometida tras periodos largos de confinamiento, recuerda el comunicado.
“El hecho de poder andar, correr, ir en bicicleta, jugar o columpiarse es de gran ayuda para mantener unos músculos fuertes y unos huesos sanos, algo importante en cualquier época de la vida, pero fundamental en la edad pediátrica”, afirma el doctor Miranda.
Diversas organizaciones, entre ellas la Asociación Española de Pediatría, recomiendan la realización de actividad física moderada o intensa durante al menos 60 minutos diarios.
“En niños este objetivo puede verse comprometido si no pueden salir a la calle a correr durante el confinamiento”, finaliza la nota.
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