Dos esquiadores en una estación de esquí. EFE/ArchivoSiete de cada diez lesiones que se producen esquiando se pueden evitar con un buen aprendizaje de la técnica, según un especialista de la unidad de Rodilla del área de Cirugía Ortopédica y Traumatológica de Hospital Quirónsalud Torrevieja, Fernando Jordá.
La mayoría de estas lesiones son debidas a esguinces en las articulaciones y dependerán de la disciplina que se practique ya que mientras que en el esquí alpino suelen centrarse en rodillas por giros bruscos, en la práctica del snow las más frecuentes se dan en muñecas y el antebrazo, ha informado Quirónsalud en un comunicado.
Entre las más repetidas están las lesiones meniscales, ligamentosas, fracturas y ya menos frecuente es la luxación de la rodilla (esta última es una lesión muy grave y que requiere tratamiento urgente).
Ante cualquier tipo de accidente, Jordá ha aconsejado realizarse un autochequeo de las zonas "que más duelan porque puede suceder que una contusión en el momento del accidente no presente síntomas y sea al poco tiempo cuando comience a presentar las limitaciones".
"Si tras la autoexploración estamos bien y podemos movernos por nuestros medios, se recomienda acudir a los centros médicos de las pistas" y si la situación parece más grave, no hay que moverse y se debe avisar a los servicios de auxilio en pista y esperar a que sean ellos los que efectúen el traslado.
El esquí es un deporte que requiere una excelente forma física y una técnica depurada, por lo que es necesaria una preparación previa, según Jordá, quien ha añadido que "en general es recomendable iniciar ejercicios unas semanas antes de ir a practicarlo, combinando flexibilidad y tonificación muscular, especialmente de la musculatura lumbar, abdominal, de la cintura pélvica y de los miembros inferiores".
Otro de los factores principales a la hora de evitar lesiones es la fatiga: "La mayoría de las lesiones se producen al final de la jornada donde el cansancio hace disminuir la atención y presentamos una mayor fatiga muscular", ha indicado el especialista del Servicio de Traumatología del Hospital Quirónsalud Valencia, Vicente Carratalá.
Las lesiones meniscales y roturas de menisco están relacionadas con las cargas y un momento de giro en posición de semiflexión de la articulación de la rodilla, como las que se realizan esquiando.
"Los meniscos tienen una enorme facilidad para lesionarse y curiosamente muy poca para repararse, y un tercio de las lesiones meniscales se relacionan con la actividad deportiva en pacientes fundamentalmente jóvenes", ha resaltado Pedro Luis Ripoll, especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Quirónsalud Murcia.
Ha recordado que no hace tantos años al menisco se le consideraba un resto embrionario sin valor alguno en la función articular por lo que se procedía a su extirpación de forma sistemática.
Sin embargo, el conocimiento de la estructura del menisco y su función articular ha llevado a considerar al menisco una estructura vital para la conservación del cartílago articular y, en consecuencia, de la funcionalidad de la rodilla, "y su destrucción conllevara especialmente en los jóvenes la aparición de artrosis por menicectomia lo que debemos intentar impedir siempre que las características de las lesiones nos lo permitan".
La extirpación del menisco solo está considerada, según este experto, "en pacientes jóvenes cuando sea inviable la sutura del menisco dada la destrucción del tejido meniscal o el mal pronóstico de la ubicación de la rotura y en pacientes de edad más avanzada cuando la lesión meniscal produzca dolor o bloqueo articular".
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