Los funcionarios de Prisiones sufren 4 veces más bajas que otros profesionales de la administración por la tensión en el trabajo

El sindicato CSI·F pedirá a la Dirección General de Instituciones Penitenciarias que realice evaluaciones de riesgo psicosocial en todas las cárceles valencianas. El motivo consiste en que los funcionarios de prisiones se ven sometidos a una elevada presión al trabajar en ambientes altamente conflictivos que multiplican la aparición de patologías psicológicas

La Central Sindical Independiente y de Funcionarios (CSI·F) resalta que los funcionarios de prisiones sufren hasta cuatro veces más bajas laborales que la mayor parte de colectivos de la administración. Son, junto a docentes, el sector en el que más incide el llamado riesgo psicosocial que se traduce en síntomas como estrés, ansiedad, frustración o desmoralización y llega a desembocar en el denominado ´sindrome del quemado´o ´burn-out´.

Los empleados públicos que desarrollan su trabajo en las prisiones valencianas lo hacen en condiciones que generan un desgaste psicológico progresivo debido a factores como la conflictividad del medio o la soledad de la labor. A esto se suma que el 80% de los trabajadores de prisiones son licenciados, por lo que, en ocasiones, asumir rutinas como abrir y cerrar puertas crea una frustración en sus expectativas ante la escasa aspiración a promocionar.

La Central Sindical resalta que este tipo de patologías se debe en muchos casos más a la mala organización del trabajo que a las condiciones laborales de los funcionarios. Recientemente una denuncia a Inspección de Trabajo de Granada ha obligado a que se realice la demandada evaluación ante el riesgo psicológico al que están expuestos los funcionarios. CSI·F pretende que en la Comunidad Valenciana la administración se adelante a posibles denuncias y acometa de manera urgente la evaluación de riesgos.

Por este motivo el sindicato  reivindica a Instituciones Penitenciarias que realice evaluaciones en todas las cárceles de la Comunidad Valenciana con el fin de poder reestructurar determinadas funciones que generan un elevado desgaste psicológico del funcionario. De este modo podría cumplirse lo establecido en la Ley de Prevención de Riesgos Laborales y reducirse el número de bajas.