Un momento de la séptima edición de la Maderada de Cofrentes. FOTO: EPDALa séptima edición de la Maderada de Cofrentes se ha
celebrado esta mañana en un ambiente festivo y con más de 1400 personas que han
seguido la evolución de los madereros cofrentinos por el río Cabriel.
La mañana arrancaba a los pies del castillo, desde donde han
salido cientos de vecinos y turistas en romería hasta el río. Muchos cofrentinos
ataviados con el traje típico abrían la marcha, al son de las dulzainas y los
tabalets que han amenizado el recorrido.
Una vez en el río el tradicional almuerzo ha precedido a la
bendición por parte del párroco de Cofrentes a los madereros, rememorando
la tradición de siglos atrás en la que
se encomendaban a la Virgen de la Soledad para que les guiara y protegiera en
un trayecto de varios meses entre la serranía de Cuenca y los astilleros de
Alzira y Cullera. Tras esta liturgia, se han botado las balsas hechas a base de
troncos y varias decenas de cofrentinos han guiado las maderas en un recorrido
de algo más de 500 metros por el río Cabriel, mientras numeroso público les
seguía desde la orilla.
La belleza del paisaje en el Área Recreativa del Cabriel,
con el castillo de Cofrentes de fondo dominando la confluencia de los ríos
Júcar y Cabriel atrae cada año a un mayor número de turistas para seguir una
fiesta pionera en la Comunitat Valenciana, que este año ha sido declarada
Fiesta de Interés Turístico.
Para conmemorar este galardón y respaldar al Ayuntamiento de
Cofrentes en su labor de promoción turística, han asistido a la Maderada el
Secretario Autonómico de Turismo, Daniel Marco, y el Subdelegado del Gobierno,
Luis Santamaría. Ambos, junto al alcalde de Cofrentes, Raúl Ángel, y el
concejal de Turismo, Manuel García, han inaugurado esta mañana las últimas
infraestructuras turísticas instaladas en el Área Recreativa del Cabriel.
La historia
La Maderada recupera una tradición de los siglos XVIII y XIX
en Cofrentes. La actividad fluvial cobró enorme importancia en esos siglos;
cada año, con la llegada del otoño y la crecida de los ríos se organizaba la
conducción de partidas de troncos procedentes de la serranía de Cuenca que
llevaban hasta Alzira y Cullera.
Era la época anterior al ferrocarril y por supuesto al
transporte por carretera. Así, una parte de la madera era transportada en toda
España por los principales ríos. El Júcar y el Cabriel, que se unen en
Cofrentes, eran dos de las rutas para abastecer a las importantes industrias
madereras de Valencia.
El maderero o ganchero era el encargado de guiar los troncos
durante un recorrido de varios meses; desde las orillas, subidos en balsas o
sobre los mismos troncos gobernaban el avance, algo que exigía una gran
destreza. En esta profesión muchos vecinos de Cofrentes se labraron una gran
reputación. El nombre de ganchero les venía porque su útil de trabajo era un
largo palo de madera que acababa en un gancho metálico con el que manejaban los
troncos.
El transporte de madera se hizo de manera intensiva durante
los siglos XVIII y XIX, convirtiéndose en fuente de actividad económica para
Cofrentes, ya que cada viaje podía durar hasta cuatro meses.
El año 1885 marcó el principio del fin para que la madera
llegara a Cofrentes. La construcción de la línea férrea desde Valencia hasta
Utiel propició que se habilitase a la altura de Contreras un desembarcadero
para la madera; con carros se transportaba hasta Utiel y una vez allí en
ferrocarril.
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