Polémico tuit que ha motivado su dimisión. FOTO EPDA Sí se puede, sí se puede. También dimitir y ser expulsado. Y eso está muy bien. Que los nuevos partidos políticos, Podemos y Ciudadanos, aportan un aire fresco a política municipal, regional y nacional es un hecho. Y es muy positivo, porque los ‘viejos’ están obligados a ponerse las pilas y mejorar en asuntos como transparencia o corrupción. Ahora bien, no tienen patente de corso o bula papal. Lo nuevo si es bueno, dos veces bueno, pero si es malo, tres veces malo. El ejemplo en cuanto a una dimisión de Podemos se ha dado recientemente en l’Horta Nord con el caso del edil de Museros, Rafael Bazán, que olvidó que siendo concejal ya no puede decir determinadas gilipolleces, como la barbaridad de aquello de que había que ''matar a los Reyes Magos, a Papá Noel y la puta madre que los parió'' o decirlas con educación, que es lo mínimo.
O la diputada de Podemos en les Corts Valencians, Covadonga Peremach, la primera 'jeta' de la nueva política que imita a la vieja casta quedándose su escaño y no devolviéndoselo a su partido tras la acusación de pucherazo en las elecciones internas de Podemos en la provincia de Valencia.
Los partidos emergentes ya comienzan a descubrir los sinsabores de la política real. Pero lo importante es saber que ¡sí se puede! reaccionar pronto.
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