Vicente Ibor, portavoz PP en el Ayuntamiento de Paiporta. Si hay algo que se debe
exigir a los políticos es coherencia. No es admisible para un
ciudadano que ha depositado su confianza en un partido o un candidato
que se encuentre con la situación de actuaciones distintas ante
idénticas situaciones en función de los intereses partidistas de
cada momento. Me refiero específicamente a las exigencias de una
financiación justa para la Comunidad Valenciana y a la intensidad
reivindicativa variable de Ximo Puig y de Mónica Oltra. Frente a las
durísimas y constantes manifestaciones de ambos cuando Mariano Rajoy
ostentaba la Presidencia del Gobierno de España nos encontramos
ahora, con un gobierno socialista, con frases ambiguas, tibias o
directamente justificativas de que los valencianos no recibamos del
gobierno central lo que nos merecemos en justicia.
Pero no es ésta la
única situación paradójica con la que la actualidad nos abofetea.
Los últimos meses de mandato autonómico del Partido Popular, el
gobierno de Alberto Fabra se vio obligado a realizar ajustes para
cuadrar las cuentas y Compromís hizo estallar la calle con
escraches, protestas y manifestaciones, sin embargo ahora nos
encontramos ante la inminencia de los mayores recortes sociales que
nunca antes se han producido en nuestra Comunidad, que van a afectar
a los servicios más básicos incluyendo la sanidad, y Compromís
calla. Ya estamos sufriendo retrasos intolerables en el pago de la
dependencia, nominas impagadas durante meses, retrasos en los pagos a
proveedores, listas de espera sanitarias o niños en barracones de
forma indefinida mientras que no se invierte prácticamente nada en
la construcción de nuevos colegios. ¿Dónde está Mónica Oltra con
sus camisetas y sus escraches?, ¿por qué mantiene con su apoyo
parlamentario el gobierno de coalición con los socialistas,
principales responsables de los recortes sociales y de la
infrafinanciación?, posiblemente nos encontremos ante un “Expediente
X” que solo puede tener una explicación en el mantenimiento de sus
propios privilegios y de su sillones.
Mientras todo esto
ocurre, el gobierno Puig/Oltra está ampliando de forma exorbitada el
personal eventual de libre designación, es decir, los “enchufados”
de toda la vida, que ya sobrepasan de forma vergonzosa los 300,
mantiene una televisión pública deficitaria y sin audiencia con la
única finalidad de hacerse propaganda y de adoctrinar, eso si, solo
a los pocos que la sintonizan de vez en cuando. Por si fuera poco las
ayudas y subvenciones directas de la administración dirigida por
Ximo Puig van en ocasiones con destino a empresas de su propia
familia, cuestión ésta que ya se investiga en serio en las
instancias que corresponden.
Por muy poco mas de
cuatro mil votos el gobierno de los valencianos no ha recuperado la
sensatez y la cordura que se ha perdido con las dos ediciones del
botánico, nunca se debe dejar de recordar que cada voto cuenta, que
si no se pronuncian los ciudadanos cuando se les convoca luego
pierden algo de legitimidad para protestar. Quizás en unos pocos
meses volvamos a ser llamados para una elecciones y por eso me
gustaría que esta humilde reflexión sirviera para convencer de la
necesidad y la urgencia de un cambio y ese cambio solo depende de
nosotros.
Entre tanto parte
importante de los municipios valencianos siguen estando
mayoritariamente gobernados por coaliciones clónicas de los pactos
del Botanic y en estos gobiernos hemos visto historias fingidas de
amor/odio entre PSPV y Compromís. Concretamente en el caso de
Paiporta el PSPV fingió una ruptura con la alcaldesa de Compromís a
tres meses de las elecciones para escenificar unas diferencias que
realmente no existían, la realidad de nuevo ha confirmado este
fraude puesto que no han dudado en renovar su pacto de gobierno nada
más acabar las elecciones, eso sí, con un reparto de los sillones y
de los sueldos que contenta a todos ellos. Creo que a estas alturas
los vecinos de Valencia y su área metropolitana ya tienen claro en
qué consisten estos gobiernos llamados de izquierda que se aseguran
ante todo sus privilegios y sus poltronas y no dudan en recortar
derechos y servicios públicos. Por sus hechos los conoceréis.
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