Manifestación de Bosal que tuvo lugar hace escasos díasLos trabajadores de la empresa Bosal Sagunto iniciarán a partir del 1 de septiembre las negociaciones necesarias con la multinacional, con la mediación de Conselleria, después de haber protagonizado una huelga indefinida durante varias semanas y una manifestación hace unos días, que fue secundada por más de 5.000 personas procedentes de toda la comarca.
Ésta es una buena noticia para los empleados que se han movilizado para defender sus puestos de trabajo, así como la continuidad de la empresa.
De esta forma, el próximo mes de septiembre se negociará el plan social y el plan de viabilidad de la empresa, de tal forma que se fijará un calendario para hacer efectivo el diálogo, en el que la Conselleria actuará de mediadora, según se confirmaba desde el Comité de Empresa.
Además, “se fijará el plazo de un mes para llevar a cabo las negociaciones”, afirmaba Bautista Murciano, miembro del Comité de Empresa.
En cuanto a la predisposición de la dirección de la empresa, Murciano reconocía que “la dirección local tiene poco margen de maniobra”, pero los trabajadores se muestran optimistas ante el periodo de negocuiaciones que en breve se apertura para los 240 empleados directos de la planta de Sagunto.
Por otra parte, desde el Comité de Empresa se señalaba que “ya nos han confirmado, que el próximo mes de enero de 2015 se despedirá a un total de 90 trabajadores”, ya que se ha disminuido el volumen de trabajo en la planta de Sagunto.
En este sentido, desde el Comité de Empresa se aseguraba que se va a demandar a la multinacional que el excedente de personal que pueda haber, se solucione mediante despidos negociados, que ocasionen el menor trastorno posible a los trabajadores afectados.
De esta forma, se van a solicitar que los despidos se hagan efectivos, a través de jubilaciones y prejubilaciones, de manera consensuada.
El objetivo principal para los trabajadores es la permanencia de la empresa en el municipio de Sagunto, con el fin de evitar el cierre, que sería fatal tanto para los afectados como para la comarca en general, que en poco tiempo está asistiendo a la muerte del tejido empresarial.
El caso más reciente es el de Galmed, que finalmente no pudo salvarse del cierre definitivo.
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