Persona mayor. EPDA
“Gritar
de alegría”, éste es el origen etimológico de la palabra
“jubilación”, el término de origen latino que tantas veces
empleamos para describir el final de la vida laboral de las personas.
Y lo cierto es que, aunque al dejar de trabajar no se grite de
entusiasmo, la jubilación sí que parece ofrecer multitud de
ventajas para nuestros mayores, contradiciendo la creencia
generalizada de que retirarse equivale a estar triste o solo, con
menos vida social y con una sensación de ser poco útiles a la
sociedad.
Según
el estudio “Jubillennials: el impacto de la jubilación en la salud
a partir de los 65 años”, realizado por Línea Directa
Aseguradora, dejar de trabajar no sólo no favorece la depresión,
sino que parece reducir sus síntomas. De hecho, el porcentaje de
españoles de 55 a 64 años que presentan síntomas depresivos es un
27% mayor que el de los mayores de 65 años que ya se han jubilado.
A
ello contribuyen una serie de circunstancias: España se ha
convertido en el segundo país más longevo del mundo detrás de
Japón y, según el Índice Bloomberg Helthiest Country 2019, es el
más sano del planeta. No es casualidad; nuestro país cuenta con uno
de los mejores sistemas públicos de salud del panorama
internacional, lo que, unido a la posibilidad de seguir una dieta
sana y variada, una gran oferta de ocio y una vida más cómoda
gracias a la tecnología, ha convertido a nuestros mayores en la
generación más longeva de nuestra historia. Son los
“Jubillennials”, las personas jubiladas de 65 años en adelante
que gozan de unas perspectivas vitales realmente envidiables.
Hábitos
más saludables tras dejar de trabajar
Según
el informe de Vivaz, la disminución de los síntomas depresivos en
los jubilados tras dejar de trabajar pueden ser consecuencia de un
cambio favorable en su estilo de vida. El stress y el sedentarismo
que caracterizan a la época inmediatamente anterior a la jubilación
se dejan de lado para adoptar unos hábitos de vida mucho más
saludables.
De
hecho, el porcentaje de españoles de 65 a 75 años que realiza
ejercicio de forma regular aumenta un 28% respecto a los 10 años
previos al retiro. Además, se sigue la dieta mediterránea con más
asiduidad (+12%), se fuma y se bebe mucho menos (-61% y -6%,
respectivamente) y se está más satisfecho con la vida social en
general (+9%).
Pero
este colectivo también presenta problemas específicos: los
ciudadanos de 65 a 75 años suelen medicarse más que las personas
próximas a la jubilación (+21%), algo, en parte lógico, dada su
mayor edad. En muchos casos esta tendencia lleva a la polimedicación
(consumir 5 medicamentos o más al día), que se incrementa un 107%
tras dejar de trabajar, lo que tiene una función más preventiva que
terapéutica, ya que estos medicamentos generalmente son para evitar
factores de riesgo como el colesterol o la hipertensión.
El
23% de los habitantes de entre 55 y 75 años de la Comunitat tiene
síntomas depresivos
Pese
a su buen estado de salud en general, la depresión y la ansiedad no
son patologías infrecuentes entre los españoles de 55 a 75 años.
De hecho, al 18,5% de los españoles en esa franja de edad tiene
síntomas depresivos, un porcentaje que, en el caso de la Comunidad
Valenciana, alcanza el 22,8%, el más alto de España. Esto supone
que estos síntomas son más frecuentes en esta franja de población
que otros problemas médicos aparentemente más comunes, como la
falta de audición (17,3%), las jaquecas (16,5%), las dolencias
coronarias (15,7%) o las respiratorias (11,4%).
En
el lado contrario se encuentran La Rioja (6,1%), País Vasco (11,4%)
y Castilla-La Mancha (13,6%).
El
uso de recursos sanitarios en los “Jubillennials”
Es
evidente que, por muy bueno que sea el estado físico de cualquier
persona, con la edad siempre aparecen achaques. Los problemas más
habituales que aparecen después de la jubilación suelen estar
relacionadas con el aparato locomotor, la hipertensión, los
problemas de visión y, en general, una menor vida sexual. Con todo
ello, los jubilados suelen acudir menos a los especialistas
sanitarios, quizás debido a que se encuentran mejor que en la época
inmediatamente anterior. En este sentido, los psicólogos (-62%), los
fisioterapeutas (-29%) y la rehabilitación clínica (-37%) son los
profesionales que más dejan de frecuentar este colectivo.
Por
otra parte, los jubilados parecen tener una mayor conciencia
preventiva. En este sentido, los españoles de 65 a 75 años se
vacunan contra la gripe en mucha mayor medida que antes de jubilarse
(+119%), se hacen chequeos médicos más frecuentemente (+9%) y se
hacen más pruebas que facilitan la detección precoz del cáncer
(+44%). Además, tras el cese de la vida laboral, se produce un
aumento significativo de analíticas (+10%), ecografías (+20%) y
radiografías (+28%).
Sin
embargo, los jubilados españoles no utilizan de una forma exagerada
la Atención Primaria, las Urgencias y los Hospitales, y mantienen de
niveles de uso muy parecidos a la etapa inmediatamente anterior a su
retiro. También reclaman más coberturas en el Sistema Nacional de
Salud: las más demandadas entre los mayores de la Comunitat son el
dentista (90%), las operaciones de la vista (54%), la podología
(53%) y las gafas y lentillas (48%).
Según
Manuel Castillo, Presidente Científico de la Sociedad Española de
Medicina Antienvejecimiento y Longevidad, y Asesor Médico de Vivaz
Seguros de Salud, “estamos ante una generación que no solo es la
más longeva de la historia, sino que además goza de una mayor
calidad de vida. Son muy activos, se apoyan en la tecnología, poseen
una gran capacidad de disfrute de la vida y, en general, suelen estar
más concienciados con su salud tras la jubilación. En definitiva,
estamos ante una generación que va a disfrutar de la jubilación con
júbilo.”
Hábitos
saludables entre los valencianos de 55 a 75 años
No
cabe duda de que promover hábitos saludables antes y después de la
jubilación es fundamental para evitar el riesgo de sufrir algunas
enfermedades. Sin embargo, aún existe un gran número de valencianos
de entre 55 y 75 años que reconoce no llevar un estilo de vida del
todo saludable. Así, el 25% confiesa que come de forma habitual
grasas, azúcares y alimentos procesados, el 19% fuma todos los días,
el 16% afirma ser una persona sedentaria que no hace ejercicio y el
9% duerme mal o muy mal.
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