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'Love of Lesbian' en Valencia: La noche en que el 99 llegó hasta el fin
El grupo llena la sala Mirror y el éxito devolverá al grupo a Valencia el próximo 15 de enero
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CLARA MARTÍ LLOP - 28/11/2010
El escenario de Mirror estuvo plagado de imágenes que rezaban ''1999''. FOTO C. M.Un momento de la actuación. FOTO C. M.
Universos Infinitos.
Las luces apagadas, en suspense, casi en plena oscuridad, si no fuera por las tres imágenes que rezan “1999” en el fondo del escenario, en blanco nuclear. Olor a tabaco, colonia y emoción. Love of Lesbian es la banda, Valencia es la ciudad, Mirror es la sala escogida para recibir a este gran grupo de indie-pop.
Diez y dos minutos de la noche, se hace el silencio, ruedan las diapositivas que hablan de todas las experiencias vividas en esta gira de “1999”, ese gran viaje que comenzó en el 2009, y que acabará el 5 de febrero en Madrid, en la Sala Joy Slava. De pronto, el ambiente queda fundido a negro, suenan los gritos, y entonces, surge la magia. Hacen acto de presencia los cinco integrantes de esta banda, los eternos lesbianos, con Santi Balmes a la cabeza, voz y letrista, copa de vino en mano. “Valencia, gracias por llenar esta sala, agotar las entradas y obligarnos a volver otra vez el 15 de enero, parece que esta jodida gira 1999 no va a acabarse nunca”, anuncia Santi irónicamente.
Y entonces comienza el show, el principio del fin. No defraudaron, ni mucho menos. El concierto abrió, como siempre, con la canción esencial, “Allí donde solíamos gritar”, y así, continuaron con casi todas las canciones del disco “1999: o cómo generar incendios de nieve…”, intercalando algunas canciones de “Cuentos chinos para niños del Japón” y rescatando grandes himnos de “Maniobras de Escapismo”, el primer álbum en castellano después del “error”, declarado por la propia banda, del disco cantado íntegramente en inglés, “Is it fiction?”. Pero el pasado, pasado está, y lo que realmente cuenta es que con estos últimos discos, principalmente el de “1999”, han sabido hacerse hueco entre el panorama musical español, conseguir premios de renombre como los recientes “Rolling Stone”, y pasar de tocar en pequeñas salas con un público íntimo y escueto, a provocar que las entradas se agotasen a los pocos días de salir a la venta.
Love of lesbian no conoce fronteras, es capaz de llegar a toda clase de público, de casi obligarte a que levantes los brazos, te desentiendas de todo lo que te rodea y, simplemente, sientas la vibración de su música por cada uno de los poros de tu piel. Las sublimes letras, seguidas del eléctrico y estruendoso sonido de las guitarras, y todo eso unido, cómo no, al humor inteligente y mordaz de todos sus integrantes, hacen que sus conciertos sean citas inolvidables, marcadas por siempre como “noches reversibles”.
Ellos no son unas de esas bandas de “vini, vidi et vinci”, que se dedican llegar, tocar y marcharse, dejando más o menos indiferente a su público. Está casi estipulado el desvariar, disfrazarse de personajes variopintos, en este caso de “doctor Amante guisante”, “mosca ginecóloga”, o “bebé gigante”; de vestirse con toda clase de gafas y gorros, de lanzarse al público, cual estrella de rock internacional de los años ochenta, y sentir el abrazo del entregado público: todo forma parte de un magnífico ritual, el gran Freak show lesbiano.
“Creo que voy a empezar a romperme” grita este público valenciano, y era cierto. Eran casi las doce y media de la noche, y se palpaba en el ambiente: todo estaba a punto de terminar. Era el momento de tocar la última canción, de despedir a esta fantástica banda. Y, cómo no, la elegida fue “1999”, título de la canción, del álbum, y de la gira.
Pero todavía faltaba una sorpresa, un último toque de imaginación y magia al espectáculo: volvió a abrirse el cañón de diapositivas, y después de unas cuantas imágenes de esta gira, y emulando al día 31 de diciembre en la noche de fin de año, comenzaron a dar el toque de las doce campanadas, para despedir al año “1999, y dar paso el nuevo año 2000”, que simboliza una nueva etapa en la carrera de este grupo, el cierre de un ciclo que parecía eterno.
Acabaron esos 5:04 minutos de canción, y todo terminó, todo se desvaneció, y el eco de las notas quedó flotando en el ambiente de la sala, como esas hojas del parque de un día cualquiera, que se quedan danzando en el viento, sin final... Y entonces pensé, y yo creo que muchos más, pensamos, que justo en el momento en el que te das cuenta de todo lo que acabas de vivir, y eres consciente de ello, es cuando no necesitas esperar al día siguiente para determinar que ha sido un concierto especial, un tanto irrepetible, que no va a ser nada fácil de olvidar. Comienzan a correr rumores de que esta ha sido su última gira como banda en conjunto… y creo que hablo en nombre de todos los fans cuando digo que esperamos con inquietud que esto se desmienta, que todavía les queda mucha cuerda por delante, muchos personajes a los que parodiar, miles de letras por escribir, y vellos que erizar.
Que jamás se acabe la singularidad, energía y magnificencia de Love of Lesbian… y que sea cierto el jamás.