Jaime Navarro./EPDAHete aquí que millones de españolitos seguían con gran emoción un domingo de agosto, y obviamente a tope de agobiados por la enésima ola de calor, la finalisima de la Copa del Mundo de fútbol, de la tan aguerrida como jugona selección patria femenina que nos ha tocado en suerte disfrutar.
Además se acababa ganando la muy histórica final frente a las inglesas, sin grandes sobresaltos, dentro del tiempo reglamentario y sin tener por tanto que acudir a las tan agónicas prórrogas y tandas de penales. Todo iba pues rodando de cine. Che tú, a las mil maravillas...!
Hasta que entró en escena nuestro nunca suficientemente admirado y ponderado presidente de la Real Federación Española de Fútbol, el caballero don LUÍS RUBIALES - no confundir pues con el fenecido cómico PEPE RUBIANES...RIP-.
Y como digo, y siendo que millones de compatriotas, y decenas si no cientos de millones de espectadores a lo largo y ancho de nuestro mundo, se hallaban admirando como finalmente las 23 campeonas eran condecoradas con las reglamentarias medallas que las acreditaba como tales campeonas del mundo: con cálido casto beso y felicitación a cada una de ellas por parte de la mismísima REINA LETIZIA y una de las bellas INFANTAS de nuestro Reino de España, SOFIA
... cuando entonces nuestro venerado Rubiales, y ya perdiendo completamente el control en un " natural" y previsible subidón tan arrebatado dadas las circunstancias, más propio no obstante del casi olvidado NENG, aquel singular bacaladero que se hizo tan popular en el programa de BUENAFUENTE, y como digo para sorpresa de probablemente cientos de millones de espectadores, arrolló literalmente a la JENNI HERMOSO, una de nuestras intrépidas amazonas, hasta pegarle por la cara un besazo
en todos los morros que ya quisiera nuestro añorado MANUEL PUIG, para su aún hoy insuperable novela " El beso de la Mujer Araña".
Que luego la Hermoso se lamentaba compungida, nada más llegar al vestuario, que la española cuando besa es que besa de verdad... y máxime cuando nuestro idolatrado Rubiales con desprecio total y absoluto de una de las leyes estrella de nuestro, y su aún más adorado gobierno, la llamada popularmente del "SÍ es SÍ", prevaliendose pues, en contra de tal norma suprema, de su apestosa por evidente condición heteropatriarcal de jefazo machirulo calvisimo o presi señoro contra su leal empleada Jenni, la cual abordó pues al descuÍdo con la singular agravante de que el "petó" libidinoso que le propinó con arrechucho incluido, divisado fue urbi et orbi.
Pero ahí no quedó la cosa, que además de los muchos méritos que ya acarreaba nuestro heroíco presidente del fútbol español, antes del relatado y muy comentado baboso incidente,
recordar pues cuando trascendió no ha mucho para admiración de propios y extraños, que el fogoso Rubiales confesaba no poder ver ni al Atlético de Madrid, ni al Sevilla, ni por supuesto al Valencia, con un par, (está en internet); con lo cual se reconocía también reo del odioso delito del odio. Pues nadie podrá reprocharle que además de sus muchas otras virtudes, no atesora también la muy noble y loable de la sinceridad; al menos para presumir y públicamente de sus muchos pecados, faltas y delitos.
Pero como digo y para rematar la finalisima de esta Copa del Mundo, en las últimas horas han corrido como la pólvora las jugosas imágenes del dinámico Rubiales en el palco de autoridades, palpándose "ostentoreamente", en postrer homenaje a JESÚS GIL, su miembro, suponemos que viril, y en los momentos terminales del histórico encuentro; a la verita otra vez de nuestra Reina y de su hermosa hija, la Infanta; pero esta vez por ello en indudable e insuperable loa, defensa a ultranza y espontáneo
homenaje simiesco a la simpar monarquía Española. Sin cometer pues, y aunque parezca increíble, ningún otro delito. Supuestamente...
De ahí y qué, y coincidiendo que estos días don FELIPE VI, anda enfrascado en sesudas consultas deshojando la margarita para ver que presidente designa para conformar nuestro próximo gabinete ministerial, que sí será SÁNCHEZ o qué sí será FEIJOO...; y tras visionar pasmado en internet como cualquier otro españolito a su vasallo Rubiales, comprometido en tantas y tan arriesgadas y gloriosas hazañas, que en verdad han dado la vuelta al mundo -no como retóricamente se decía antaño y siempre de los héroes de los libros de caballerías- no ha dudado pues Su Majestad ni un instante en postular que sea el mediático don LUÍS, y por este momento tan dulce que atraviesa, cómo el más idóneo candidato español de nuestro tiempo para la alta misión y responsabilidad de presidir nuestro futuro Gobierno de este país.
A lo que incluso don AITOR ESTEBAN y doña
YOLANDA DÍAZ, y como era de esperar, han dado no sin estupor su final y leal beneplácito a los lógicos deseos y designios de nuestro audaz monarca, de naturalmente corresponder y premiar a toda costa al macho sin duda más en forma de nuestro país de países, don LUÍS RUBIALES, con tan merecidas y tan supremas galas de estas altas tareas ejecutivas y gubernamentales: Falcon incluído. Deo Gratia.
En la ciudad de Valencia pues, en el año de Nuestro Señor de dos mil veintitrés.
Nihil obstat.
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