José Luis Chover.
El punto de inflexión fue
el Pleno del pasado mes en el que la plataforma de parados/as de nuestra
ciudad, con su presencia e intervenciones en la sesión, marcó el ritmo y
prácticamente el orden del día de la misma. Castelló no vio escapatoria posible
y decidió que “un plan de empleo municipal” tenía que ponerse en marcha ya,
después de estar más de un año renqueando y negando la oportunidad y la
competencia municipal.
En ese tiempo, a instancias
de nuestro grupo, se han sucedido varios acuerdos plenarios sobre esta
necesidad acuciante, ofreciendo, con base en las cuentas municipales, fórmulas
válidas de financiación. La finalidad era y es clara: crear empleo temporal
con dinero publico con el objetivo de paliar en alguna medida la grave
situación de paro que nos afecta, y rentabilizar esa inversión mediante
actuaciones puntuales agrupadas en varias líneas de trabajo a definir y en las
que se debe primar de forma absoluta la mano de obra sobre los materiales.
Cuando presentamos nuestra
propuesta de plan de empleo, el equipo de gobierno, para salir del paso, la
calificó de improvisación y oportunismo a la que añadía una advertencia de imposibilidad
legal cuando curiosamente, otros ayuntamientos ya estaban aplicando medidas y
desarrollando propuestas de trabajo para sus parados. Como era lógico, la letra
fría de un decreto que niega la contratación de nuevos empleados no puede
imperar estrictamente cuando las necesidades son serias y además, se puede.
Por eso, no pocos Ayuntamientos han sabido buscar la forma de hacer lo que hoy
es más urgente: dar trabajo digno a la gente en paro -muchos de larga duración
y ya sin prestaciones- y minimizar la gravedad del momento que están viviendo
estos ciudadanos. La situación de paro de la comarca y especialmente de
Sagunto, no admitía otra interpretación que la urgencia de un plan que reduzca
esta tensión social en aumento, generada claramente por el permanente aumento
del desempleo y sus consecuencias colaterales.
Hoy, con un año de retraso,
Castelló admite –o mejor se rinde a- la evidencia de esta posibilidad de
intervención y, a pesar de que las medidas que ellos proponen de apoyo al
empleo a través de empresas y proyectos de obras, tienen su espacio en el plan,
la modalidad de contratación directa por la que hemos apostado tanto la
oposición como la plataforma, constituye la parte más importante de la
propuesta. Hablamos del 70% de los más de seis millones de euros que se van a
comprometer para promover empleo en nuestra ciudad. Quedará para estudio y
valoración las líneas de trabajo y actuaciones que llevará a definir las diversas
modalidades de puestos de trabajo así como su coste, lo cual marcará el número
total de empleos posibles.
Con
el acuerdo prácticamente conseguido, es también momento de destacar el valor
de la oposición municipal y de la plataforma de parados/as, que persistente y
machaconamente han provocado un debate necesario sobre la empleabilidad temporal
y urgente desde la administración local que finalmente, ha desembocado en un
acuerdo lógico, por acuciante, por imprescindible y sobre todo, porque es
posible. No se trata de oportunismo, se trata de concretar una oportunidad: La
de implicar al Ayuntamiento en la medida de sus posibilidades en la solución
del principal problema que tienen hoy los ciudadanos, aquí y en toda España.
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