En
septiembre, por segundo mes consecutivo, ha subido el paro: 19.720
nuevos parados elevan hasta 5.853.345 las personas en desempleo. Esta
cifra desmiente los discursos triunfalistas del Gobierno respecto a
que ya se está creando empleo en España: solo aumenta el empleo
temporal y a jornada parcial, por lo que más que ante un proceso de
creación de empleo, estamos ante un reparto falso de los puestos de
trabajo, tanto en número de horas de jornada como de rotación de
las personas por los mismos empleos.
El
aumento del paro registrado en el mes de septiembre pone en evidencia
la enorme debilidad del empleo creado en los meses anteriores y la
elevada fragilidad de la recuperación de la economía y del empleo.
Los datos relativamente positivos de los últimos meses eran la
consecuencia de la enorme estacionalidad de la economía española
que solo es capaz de crear empleo vinculado a la temporada turística
de la primavera y el verano, en especial en este año en el que por
diferentes factores fue el mejor año turístico en mucho
tiempo.
Los datos de septiembre confirman también el enorme
deterioro que está sufriendo la calidad del empleo en España: en
septiembre, a pesar de que el paro registrado aumentó en 19.720
personas se formalizaron 1.634.444 contratos de trabajo, en su
inmensa mayoría precarios (en los últimos doce meses para una
reducción del paro de 274.264 personas se registraron más de 16
millones de contratos), lo que da idea de la brutal temporalidad y
rotación del mercado laboral. También tiene que ver con la
precariedad del empleo, el hecho de que el número de horas
trabajadas sigue cayendo, lo que demuestra que no hay más empleo
sino más gente trabajando menos horas. Una conclusión que viene
reforzada por el descenso del número de afiliados a la Seguridad
Social en el régimen general, que pierde 28.362
cotizantes.
Asimismo, en el último mes, el gasto en
protección al desempleo bajó el 17,8% en comparación con 2013. En
los ocho primeros meses del año el gasto en prestaciones es 3.582
millones de euros más bajo que en 2013. Desde que el PP llegó al
gobierno ha empeorado gravemente la protección a las personas en
desempleo: la tasa de cobertura se redujo el 14%, el número de
parados con prestaciones cayó el 10%, la cuantía de la prestación
es un 8% inferior y los recursos destinados a la protección se han
reducido el 22%.
Es
necesario y urgente un cambio de orientación en la política
económica y laboral, aquí y en la UE, que deje atrás las políticas
de austeridad y recortes y apueste de forma decidida por el
crecimiento. Una nueva estrategia económica que recupere el dialogo
social como un instrumento básico y que debería tener, como primer
resultado, un plan de empleo con prioridad hacia los jóvenes y los
parados de larga duración, y que actué de forma urgente para
mejorar la protección a los desempleados, especialmente de los casi
800.000 hogares en los que viven un millón y medio de personas sin
ingresos laborales (salario, prestación, subsidio o pensión).
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