Sergio Muniesa. Una
vez más, y uno pierde la cuenta a lo largo de esta legislatura, el
Sr. Quico Fernández y su cuatripartito atacan nuestras tradiciones y
quieren cambiar de nombre a las cucañas marítimas del Puerto de
Sagunto que se celebran cada 15 de agosto en honor de la Virgen de
Begoña, para así cargárselas de un plumazo las cucañas y la
Patrona (nunca mejor dicho).
La
pasada legislatura Compromís apoyo una moción del PP en la que
defendía las cucañas marítimas, tal cual, y que decía así:
“Asimismo manifestar nuestro apoyo a la celebración de los
traslados y encierros camperos, así como a las cucañas marítimas
dentro de las fiestas patronales que se celebran el 15 de agosto como
elemento arraigado, igualmente, en nuestra cultura y tradiciones
populares”
Pero
ahora de nuevo hacen muestra de una enorme hipocresía. Ellos tienen
principios pre y post elecciones según les conviene.
Quieren
romper con una tradición casi centenaria, que arrancó en la década
de los años 20 del pasado siglo y en la que tienen lugar
las actividades de la travesía a nado, cogida de banderas
en palo engrasado y, hasta el inicio de esta legislatura, el
depósito, recogida y devolución de patos en la dársena pesquera.
Aunque
esto último, ya conocen ustedes que desde nos gobierna el Sr. Quico
Fernández lo impide excusándose en cuestiones legales que hasta la
fecha una tras otra las sentencias han dado la razón a la Federación
de Peñas y su tradicional suelta y quitándole la razón a él, una
vez más.
Lo
significativo es que ahora, como aquel programa veraniego televisivo
presentado por Ramón García, el Gran Prix, parece que se nos quiera
convencer de “crear una marca paraguas” que denomine Festes
d´estiu, lo que hasta ahora eran las Cucañas Marítimas del Puerto
de Sagunto.
Pero
no se dejen engañar, lo que engloba la travesía, el palo o los
patos, son las cucañas, no cualquier otro sucedáneo. Son nuestras
Cucañas y por muchos años más.
Se
empeñan en cargarse las tradiciones de unas cucañas arraigadas en
nuestra cultura popular, como parte de nuestras tradiciones y que ya
en la pasada legislatura, se pusieron al día, con el fin de mejorar
sus condiciones y que convivieran la legalidad, el respeto y la
tradición.
Como
no lo pueden atacar por lo legal se inventan un formula que es el
ninguneo: Festes d´ Estiu.
Respetar
las tradiciones es respetar nuestra cultura y nuestra singularidad
como municipio, por encima de los posicionamientos políticos. Son
tradiciones transmitidas de padres a hijos como una forma de
participar y entender nuestra identidad y las fiestas tradicionales
populares. Porque eso forma parte esencial de nuestra singularidad
como pueblo y perderlo es perder parte de nuestra historia.
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