La segunda jornada de la Liga Fertiberia de
Fútbol Indoor la resolvió un debutante. Maniche, quien hasta la fecha no había
disputado ningún partido en esta competición, selló ayer su primera
participación como el héroe de la victoria que el FC Porto consiguió ante el
Real Valladolid. En un partido muy intenso e igualado, el centrocampista
portugués resolvió el choque con un 'hat-trick'. Dos de los tres goles que
anotó los marcó en apenas 30 segundos, cuando el marcador era de 6-6.
El FC Porto no tardó en mostrar su arsenal.
Aupado por su público y por las ganas de demostrar que es uno de los más serios
aspirantes a ganar la Liga Fertiberia 2014, pisó el acelerador desde los
instantes iniciales. Fruto de ello llegaron las ocasiones y, con ellas, los
goles. Sin embargo este empuje inicial pronto se vio recortado por un
Valladolid que comenzó a coger fuelle con la esperanza de no desengancharse en
el marcador tan rápido. El brillante juego colectivo de los blanquivioletas,
con Víctor como principal estilete, les mantuvo vivos en el partido. Sin
embargo, en los últimos minutos el FC Porto volvió a sacar su mejor versión,
con Rui Barros liderando las facetas ofensivas, para marcharse al descanso con
una ventaja de dos goles (6-4).
En la reanudación el Valladolid no dio opción a
que el FC Porto ampliara su ventaja y en apenas tres minutos consiguió empatar
el encuentro. El 6-6 fue un espectacular tanto de vaselina de Turiel, quien
aprovechó que el portero luso se encontraba adelantado para establecer la
igualada en el marcador. A partir de ese momento el partido creció en
intensidad. Se palpaba en el ambiente que ninguno de los dos equipos iba a
ceder el más mínimo error y, con ello, tanto Valladolid como FC Porto se
lanzaron al ataque sin freno, aunque las defensas también se emplearon con
mucha contundencia evitando con ello que durante más de 20 minutos el marcador
no se moviera.
A falta de 6 minutos para el final emergió la
figura de Maniche, quien en menos de 30 segundos marcó los dos goles que
cerraron el partido a favor del FC Porto. Con ello desató la locura en las
gradas del Pabellón Dragao Caixa, donde los aficionados que acudieron a ver el
encuentro se volcaron a animar al conjunto portugués y celebraron con júbilo
los tantos de Maniche. De ahí al final del partido se produjeron algunas
jugadas bruscas, fruto de la intensidad con la que ambos equipos se emplearon.
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