Manises, el pueblo más afortunado de España

Manises es, por méritos propios, el municipio más afortunado de toda España, ya que se trata de la localidad donde más veces ha recaído el Gordo de Navidad a lo largo de la historia de este Sorteo que se realiza cada 22 de diciembre, concretamente lo ha hecho no una, ni dos, ni tres, sino cuatro veces, sólo lo iguala Vic en Barcelona.

Se trata de algo atípico e insólito en nuestro país y que ha marcado la historia de este municipio valenciano, haciéndolo especialmente conocido en todo el territorio nacional. Así, la primera vez en la que Manises resultó afortunado con el Gordo de la Lotería de Navidad fue en el año 1971, posteriormente ya en 1986 se volvía a repetir la historia y el Primer Premio de nuevo trajo consigo una auténtica lluvia de millones al pueblo.

Esta buena racha continuó en 2012 y 2013, dos años consecutivos en los que el Gordo del Sorteo Extraordinario de Navidad recayó en el municipio y que han marcado el devenir tanto de sus vecinos como de todos aquellos que lo visitan atraídos por la buena suerte que rodea este pueblo de poco más de 30.000 habitantes.

Lotería Manises

La Administración de Lotería Manises se ha convertido en una de las cinco administraciones, a nivel nacional, que más lotería vende y es considerada por muchos como la más afortunada, pues ninguna otra ha repartido tantos premios en estos últimos siete años, durante los que ha repartido más de 280 millones de euros en premios de la Lotería de Navidad.

En este sentido, Lotería Manises repartió los dos Premios Gordos de Navidad en 2012 y 2013. Además, desde Lotería Manises, en 2009 y 2010 se vendieron dos quintos premios, en 2011 el segundo premio y dos quintos premios, en 2013 se repartió además del Gordo, un cuarto y quinto premio, en 2014 otro quinto y el año pasado un cuarto premio.

Se trata de la Administración de los hermanos Sanchis (Fran, Amparo y Rafa), que en el año 2000 cogieron el testigo del negocio familiar iniciado hace 50 años por su abuela Elisa Penadés, que regentó durante años un quiosco de quinielas, el cual más tarde su hija reconvertiría en despacho de lotería, trabajando duro hasta conseguir la licencia de Administración.