Cesárea en el Hospital de Manises. EPDA Aunque
una cesárea sea una intervención quirúrgica, no deja de ser un
momento único entre madre e hijo. Por eso, potenciar la humanización
de este proceso es posible para que se asemeje a las sensaciones
que la mujer experimenta en un parto vaginal. Por ello el Hospital de
Manises ha ampliado su protocolo de cesárea humanizada para
potenciar este tipo de atención a todas las madres.
El centro
hospitalario ya permitía la entrada de acompañante en las
intervenciones programadas y este mes de junio ha ampliado la medida
para las de urgencia, además de establecer un completo protocolo
para humanizar este proceso hasta los niveles del parto vaginal. “Los
padres sienten que forman parte de ese momento tan especial que es el
nacimiento de su hijo. Ellos quieren estar en ese primer momento como
lo está la madre y recibir con ella a su hijo, olerlo y tener el
primer tacto o darle el primer beso. Quieren sentirse involucrados,
estar con su mujer, darles la mano”, asegura Esther García,
supervisora de matronas. Y es que, tal y como explica el doctor
Fernando Gil, jefe del
servicio de Ginecología y Obstetricia. “Hemos comprobado el enorme
efecto positivo que tiene que la madre esté acompañada durante la
intervención, ya que reduce su nivel de estrés y es un apoyo
emocional esencial”.
De
hecho, las experiencias de los padres con la implatación de esta
nueva medida están siendo muy positivas. “Un padre que vivía su
segunda cesárea y que en este caso gracias al protocolo de cesárea
humanizada sí que pudo entrar, nos dijo que creía que gracias a
esta experiencia sentía que iba a vivir la paternidad de una manera
distinta y que pensaba que eso no se lo debería perder ningún
padre. Pensaba que ese momento tan especial le había hecho sentir
que eran realmente una familia”, cuenta Esther García.
Entorno cálido e íntimo
Así, además del
acompañamiento que la madre desee, se crea un entorno de intimidad
en el quirófano: la madre y su acompañante pueden elegir
musicoterapia y se limita la presencia del personal en el quirófano
al necesario.
El equipo asistencial
(matronas, ginecólogos, pediatras y anestesistas) ha recibido
formación específica para potenciar la humanización en el proceso.
De hecho, el papel de la matrona sigue siendo muy visible en este
tipo de intervenciones, para apoyar y ayudar a la madre en todo este
proceso. “Se cuida incluso el contenido y tono del lenguaje del
equipo durante la cesárea, limitando los comentarios ajenos al
proceso técnico”, explica el doctor Gil.
Piel con piel
En las cesáreas
humanizadas también se potencia el vínculo madre e hijo en la
medida de lo posible. Así, tras el nacimiento se realiza de manera
inmediata el método ‘piel con piel’ similar al que se realiza en
un parto normal. Incluso en el caso de las gestantes sometidas a una
anestesia general, el piel con piel se realiza con el padre en la
sala de dilatación, tras la valoración inicial del recién nacido
por el pediatra en quirófano.
“La
valoración inicial del pediatra del recién nacido se realiza sobre
la madre siempre que médicamente sea posible”,
explica
la jefa de Pediatría, Inés Costa. En
cuanto al cordón umbilical si las
condiciones clínicas del neonato y la madre lo permiten, se corta
cuando deje de latir.
Si
la madre desea lactancia materna y el recién nacido muestra signos
de búsqueda la matrona guiará a los padres para hacer posible el
agarre. Del mismo modo, se administrarán profilaxis encima de la
madre siempre que sea posible.
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