Manuel Jiménez, profesor de Educación Física y Salud de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), con el premio en sus manos. FOTO: EPDA.
Manuel
Jiménez, profesor de Educación Física y Salud de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), ha recibido el Premio a la Mejor Investigación en el Ámbito de la Medicina del
Deporte "Profesor José Miguel Fernández Pastor", por su trabajo
"Effects of victory and defeat on testosterone and cortisol response to
competition: evidence for same response patterns in men and women" publicado
el año pasado en la revista Psychoneuroendocrinology. Esta publicación es
una de las revistas más relevantes del mundo en neurociencia y está dentro de
las diez mejores revistas del mundo por índice de impacto científico.
El
trabajo, escrito junto a Raúl Aguilar y José Ramón Alvero-Cruz ha sido citado
por varios de los mejores especialistas en neurociencia y conducta humana del
momento como Pranjal Mehta (Universidad de Oregón), David Edwards (Universidad
de Atlanta) y Natascia Brondoni (Universidad de Pavia).
Jiménez, que recogió el premio en Granada coincidiendo con la organización de las Jornadas
de Nutrición en el Deporte organizadas
por la Asociación Andaluza de Medicina del Deporte, ha volcado su experiencia
didáctica en temas como la ansiedad, el estrés y los estados de ánimo
relacionados con el deportista.
Según explica el
profesor de UNIR, personas dominantes con niveles altos de testosterona
aprenden conductas instrumentales más fácilmente cuando sus niveles de
testosterona suben tras alcanzar una meta competitiva, que ante la frustración
que supone perder. Este tipo de personas están también más motivadas por
competir de nuevo y afrontar retos de mayor envergadura después de una
victoria. La función específica de la testosterona es servir de combustible
para aumentar la motivación en situaciones que demandan acciones vigorosas
inmediatas, tal como ocurre en los desafíos competitivos. Otras hormonas como
la oxitocina se relacionan con situaciones que demandan conductas calmadas o de
colaboración social.
El año pasado el
doctor Jiménez y sus colaboradores analizaron las respuestas hormonales de
distintos deportistas en función de ganar y perder tras una competición. Para
ello siguieron el modelo original del doctor Mazur de la Universidad de
Siracusa (Nueva York). En palabras de Jiménez, lo que se observó fue que el
patrón de resultados, tras una competición, se ajustaba exactamente a las
predicciones del modelo biosocial, con subidas de testosterona en ganadores y
bajadas de testosterona junto a subidas de cortisol en perdedores. Estos
patrones no habían sido consistentes históricamente en el género femenino,
principalmente como consecuencia de que las mujeres tienen mucha menos
testosterona que los hombres (entre 3 y 7 veces menos).
La novedad del
estudio premiado es que este patrón de respuestas hormonales es idéntico en los
dos géneros. Esto indica que la relación testosterona y dominancia era válida
también para las mujeres, desafiando la tendencia natural que sugería una mayor
motivación competitiva y de conductas de búsqueda de estatus social en el
género masculino que en el femenino. Para el profesor de UNIR, estos resultados
han abierto un nuevo debate en la comunidad científica: ¿de qué modo se
asemejan o se diferencian hombres y mujeres a la hora de afrontar los desafíos
sociales y competitivos?
Por otra parte, el
equipo de Manuel Jiménez se encuentra en estos momentos con dos
investigaciones: cómo es nuestra respuesta al despertar del sueño, relacionada
con el cortisol generado y de cómo el hipocampo gestiona la potencia de esa
respuesta; y la identificación de los niveles de estrés en los alpinistas. Para
este segundo proyecto están tomando ahora mismo muestras de saliva al equipo de
Carlos Soria, de 74 años, que se encuentra cerca de completar los catorce
ochomiles del planeta.
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