María Consuelo Reyna. Foto, Vicent Climent
No
habrá que extenderse mucho en ello, pero conviene explicar que hubo
un tiempo en que en València no se movía una hoja sin que lo
supiera María Consuelo Reyna. Subdirectora primero y directora
después de Las Provincias, Reyna es una periodista de raza a la que
se le atribuye -con razón- tanto poder en el periodismo valenciano
como para hacer triunfar una movilización, y tanta influencia en la
política autonómica como para provocar cambios determinantes en el
futuro de la Comunitat Valenciana. Por eso, cuando uno tiene delante
a María Consuelo Reyna, lo difícil es decidir los asuntos de
conversación.
Empecemos
por algo bastante esperable: la comparación entre el panorama
político de cuando usted dirigía Las Provincias y el actual.
Antes
era muy apasionante porque se estaba construyendo algo. Ahora es muy
deprimente porque se está destruyendo algo, y no sabemos adónde
vamos. O no saben adónde van. Se está destruyendo absolutamente
todo lo que se construyó en la Transición. Y se está, en cierto
modo, desmontando el Estado desde la propia Presidencia del Gobierno.
Me parece una barbaridad. ¿Pero cómo puedes entrevistarte con
Torra, si está condenado? ¿Te entrevistarías con ‘El Chicle’.
(Sánchez) es un yonki del poder, es el poder a costa de lo que sea,
mintiendo reiteradamente en cosas graves, mentiras gordas, dañinas.
Pero no hay reacción, no pasamos de unas risas en whatsapp.
Se
oye mucho decir que esto acabará mal, sin que quede muy claro qué
es lo que acabará mal.
Por
primera vez estoy viviendo una situación que tiene muchas papeletas
para acabar mal. Acabar mal es: la independencia de Cataluña, lo que
estamos haciendo internacionalmente, hacer presupuestos sin orden ni
concierto aumentando impuestos, ahogando a los que generan riqueza.
Yo eso no lo había visto jamás.
¿Quién
marca la agenda?
Pedro
Sánchez. ¿Cómo es posible que los ERE hayan desaparecido de la
agenda? A Rita por mil euros la linchaban. En cambio los ERE, con
mucho dinero y condenas importantes de por medio, estuvieron quince
días en los medios, y como rebajando la cosa. También la estafa en
la EMT ha desaparecido mediáticamente. Con Rita (Barberá)
hubiéramos tenido el tema hasta en la sopa.
¿Y
por qué pasa eso?
La
izquierda y la izquierda periodística son muy poco autocríticas.
Pedro Sánchez marca la agenda porque están a su servicio. El
follón de la vicepresidenta de Venezuela… Hay sentencia del
Tribunal Constitucional que dice que los aeropuertos no son aguas
internacionales. El tránsito depende del Gobierno, del Estado. No es
territorio internacional. Las resoluciones de la Unión Europea le
importan muy poco a Pedro Sánchez. Tampoco la resolución (la
condena expresa en 2019 del Parlamento Europeo) sobre el comunismo.
Para eso Pedro Sánchez no quiere memoria histórica.
¿La
solución para España es la federalización, como propone Ximo Puig?
Históricamente,
no conozco ningún Estado que se haya destruido desde el propio poder
excepto Yugoslavia, pero en ese caso con una guerra de por medio, y
aquí a eso no creo que llegaríamos. Pero hay una cosa muy peligrosa
que está haciendo Pedro Sánchez: ha vuelto a dividir a los
españoles, ha despertado todos nuestros temores y rencores y eso es
suicida.
¿Los
valencianos estamos obsesionados con Cataluña?
No,
yo creo que Cataluña está obsesionada con nosotros, que es
distinto. Sin nosotros no tienen un pasado cultural demasiado
brillante.
Gabriel
Rufián y otros dirigentes independentistas tienen costumbre de
dejarse caer por aquí...
¿Pero
a qué venís? (pregunta en voz alta como si los tuviera delante).
Los Países Catalanes es una concepto que no es constitucional. Son
ellos los que provocan, y en Valencia hay una reacción. O había.
Rufián
ha dicho que Compromís es un amigo con derecho a roce
¡Y
es que lo es! Compromís ha estado muchísimos años poniéndose una
piel de valencianismo. Piel de cordero. Pero Compromís es lo que es,
y el pasado de todos ellos es el que es: pancatalanista.
Mónica
Oltra lloró (de emoción) vestida de valenciana...
Vale,
que llore, pero su corazoncito es el que es.
Hace
más de año y medio usted me dijo que en la Generalitat “manda
Ximo Puig sin que Mónica Oltra se entere”.
Pues
sigo pensando lo mismo. Y Mónica Oltra se desespera.
¿La
ve de alcaldesa?
¡Espero
que no!
Pues
es fallera y del Valencia Club de Fútbol …
(ríe)
“Rasca un poquito y verás lo que sale”.
¿Usted
cree que, políticamente, algo se mueve desde desde Alicante, como
cuando Eduardo Zaplana?
Lo
he pensado, sí. Los asuntos de lengua los está moviendo Alicante.
Pero es que les guste o no Alicante tiene una parte muy importante de
castellano-hablantes totales, y no puedes ir a Elda a obligarles a
que hablen en valenciano. Que estudien sí, pero no con inmersión.
¿O es que van a convertir malditos a Miguel Hernández y a Azorín?
¿Cómo
valora usted la labor del gobierno municipal valenciano?
En
cuanto a problemas cotidianos, la ciudad está muy sucia y caótica.
El mismo gobierno municipal que me dice que recoja las cacas de mi
perro tiene Valencia guarra como ella sola por ejemplo con las cacas
de las palomas, que son mucho más dañinas para la salud que las de
los perros. Y con las cotorras no hace nada. Y el caos de tráfico es
el que es.
¿Qué
causa municipal defendería usted ahora?
La
denuncia de la falta de cuidado de los jardines de Valencia,
históricos y no históricos, que están absolutamente abandonados,
empezando por los de Monforte, con árboles cortados y sacados a
trocitos. Poco amor tienen por cuidar Valencia. Incluso se les ha
llamado la atención por su desisida con la Lonja y otros monumentos.
Ribó es un antiguo, no es una persona de este tiempo, vive casi en
los 60. Valencia está dejada a su aire. Por ejemplo, no poner bolsas
en las papeleras me parece una cochinada.
¿Y
el centro-derecha?
Reconstruyéndose,
pero le cuesta, le cuesta. Los resultados no estuvieron mal (en las
elecciones). En las próximas podrían hacer algo más interesante si
Ribó y el Compromís del Consell siguen actuando como hasta ahora.
Se están quitando la piel de valencianistas con todo lo de Cataluña
(Procés). Eso a la gente antes o después le tiene que calar. Pero
no hay una sociedad civil potente en estos momentos. La gente vive
bastante resignada. Cabreada, pero resignada.
¿Usted
cree que se habla en exceso de Vox? (Nota previa: esta entrevista
está realizada poco antes de la celebración del pleno municipal de
enero, en el que Vox vetó una declaración institucional de condena
del Holocausto)
Cometieron
el error de hablar muchísimo de Vox cuando Vox no existía. Y la han
hecho existir. La izquierda, los medios le han hecho culpable de
todos los males. A Bildu sí se le puede decir ‘has hecho esto’,
a Terra Llire, que está en aledaños del poder catalán, también se
le puede decir que ha hecho ‘aquello’. Pero a Vox ¿qué se le
puede decir?, ¿que es muy derecha? ¿Hay alguien condenado por
homofobia en Vox? En el PSOE sí hay alguien condenado por maltrato a
la mujer. Últimamente conocemos hay de madres que asesinan a hijos,
igual que padres, que es la peor cosa que se puede hacer siendo
hombre o mujer. ¡Dales el mismo trato a los criminales! Cometieron
el error de la Violencia de Género: ¡no, es la violencia familiar,
cuando matas a la mujer, o al marido, o a los hijos. O a los abuelos!
Eso es la Violencia Familiar, que es mucho más protectora que la
Violencia sólo de Género. Una mujer, como yo misma, algo nos
podemos defender. ¡Una criatura no se puede defender de nadie, ni
del padre ni de la madre! Esa criatura jamás creerá que le pueden
ahogar con la almohada o en la bañera. Las criaturas se han quedado
fuera de la protección. Y eso me parece tristísimo.
Ya
que estamos: ¿la Justicia es la solución o el problema?
Debe
ser la solución. Lo de Cataluña, por ejemplo: si no hubieran sido
presuntos delincuentes, y luego delincuentes, la justicia no hubiera
intervenido. Si tú puedes denunciar que alguien mete la mano en la
caja también puedes denunciar que unos señores quieren dar una
especie de golpe de Estado. Y entonces los jueces actuan en
consecuencia.
En
algunos casos se tarda bastante...
No
me parece humano prolongar tanto casos como Taula o el de Olivas.
¿Y
la solución del caso del accidente del Metro?
Me
ha parecido inteligente por parte del tribunal llegar a un pacto.
El estado de la profesión periodística
No
preguntarle a María Consuelo Reyna por el estado actual de una
profesión, la del periodismo, que ella amó y ama como pocos es
inconcebible. Su diagnóstico respecto a la industria informativa y a
los profesionales que la sostienen es rotundo: “Los medios impresos
tienen que vivir de ventas y publicidad, no de las campañas
oficiales porque eso al final siempre acaba muy mal”. Y especifica
que “la prensa escrita es la que queda. Es un papel que se ve y se
ve, y eso les saca de quicio (a los políticos)”. Con los
periodistas “se ha hecho limpia de varias generaciones por razones
económicas, y ha entrado muchísima gente joven a la que le falta
rodaje porque no tiene ‘memoria’. Y eso se paga”.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia