Centenares de fans esperando a Mario Casas en Kinepolis
El actor en un momento de la presentación
Mario Casas en otro momento de la presentación
Hordas de adolescentes enloquecidas esperaban armadas con sus cámaras de fotos al actor Mario Casas que venía a Kinepolis Valencia a presentar su última película '3 metros sobre el cielo'. Relajado pero tímido ha posado para algunos medios de comunicación antes de enfrentarse a las centenares de fans que querían verle de cerca. Estaba solo ante el peligro, su compañera de reparto, María Valverde, no ha podido acompañarle por indisposición.
Vestido con unas zapatillas, unos jeans de color claro y una camisa de cuadros en tonos rojos, Casas no ha dudado en hacer bien la promoción de su último film, ya que entiende que es parte de su trabajo y como él ha confesado “si tengo que hacer 5 veces de Hache (nombre de su personaje en la película) lo haré”. Mario no tiene miedo a encasillarse. Sabe que sus papeles han sido siempre de chico sexy, de chaval guapo que lleva a todas las chicas (y a muchos chicos también) de calle. Pero el actor apelaba a que “muchos actores americanos han hecho siempre el mismo papel de una manera magistral y nadie se ha rasgado las vestiduras”.
Está contento con su profesión y sabe que está viviendo uno de los momentos más dulces de su corta carrera. Está en el candelero y no lo quiere desaprovechar. Después de las entrevistas, se relaja charlando con parte del equipo que lo acompaña y se prepara para el momento más crítico de la tarde: el encuentro con sus seguidoras.
La sala número 9 de Kinepolis Valencia está casi vacía. Parece mentira que por la puerta de acceso al recinto vaya a aparecer uno de los actores de moda. Las pocas fans que ocupan su puesto se agolpan ante unas vallas que separan el lugar dónde estará Mario y el que deben ocupar ellas. Pero de repente, otro nutrido grupo de chicas y chicos entra corriendo en la sala y ocupan torpemente su lugar abarrotando todas y cada una de las butacas del lugar. Todas quieren estar lo más cerca de su ídolo. Los responsables de la organización del acto de presentación de '3 metros sobre el cielo' se apresuran para que todo esté listo en el momento que el actor haga su aparición en escena y avisan, micrófono en mano, que nadie podrá acercarse a él, de lo contrario, el equipo de seguridad actuará haciéndolo desparecer. Todo el mundo asiente.
Todo está listo, cada uno ocupa su lugar, incluso miembros del equipo de trabajadores de los cines han abandonado momentáneamente sus puestos para no perderse el acontecimiento y ver de cerca a Mario Casas. El público está ansioso y gritan su nombre como si de un mantra se tratase
Mario, desde fuera de la sala, espera la orden para entrar y compartir unos momentos con todas las personas que han ido a verle. Está nervioso, no se acostumbra a toda la atención mediática que se ha organizado alrededor de su figura. Él es un chico normal, de costumbres cotidianas y, a pesar de sus 24 años, sigue siendo una persona que adora a su familia y al que le gustan los potes gallegos que le prepara su madre.
De repente se abre la puerta y el 'fenómeno fan' se hace patente cuando el cañón de luz alumbra la figura de Mario Casas. Entonces el actor, guarda su timidez en el bolsillo y comienza a interpretar un papel: el de ídolo de masas que no puede defraudar a nadie. Y lo borda. Mario comienza a interactuar con el público, se los gana a todos con su don de palabra, con su gracejo y su simpatía. Reparte besos y abrazos por doquier y no duda en fotografiarse con quién se lo pide.
Mario ha conquistado Valencia, ha superado la prueba como el profesional que es. Después de diez minutos escasos, la gente que lo cuida y lo acompaña cree que ha llegado el momento de abandonar el lugar y, casi en volandas, se lo llevan. Se apagan los focos y fundido a negro. Mario ha tenido suficiente. Sus fans, se lo hubiesen llevado a casa.
Comparte la noticia
Categorías de la noticia