El president de la Generalitat, Carlos Mazón, atiende a los medios de comunicación.Archivo/ EFE/Pep Morell
En un pleno del Comité Europeo de las Regiones (CdR), Mazón urgió a los Veintisiete a adoptar "un mensaje claro" contra las "barreras injustificadas" de Estados Unidos.
Mazón fue ponente de un dictamen aprobado por mayoría en el pleno del Comité Europeo de las Regiones (CdR) que aboga por un comercio justo y una agricultura resiliente y por medidas para mejorar la competitividad del sector agrícola y evitar la competencia desleal de los productos importados.
En ese documento se pide la introducción de las llamadas "cláusulas espejo" en los acuerdos comerciales para que las importaciones agroalimentarias procedentes de terceros países compitan en igualdad de condiciones.
En la presentación del dictamen, el político español pidió un "enfoque global" para responder a tres desafíos del sector: las "prácticas comerciales desleales que se siguen produciendo" y que sitúan a agricultura en situación de "clara desventaja", el hecho de que el mercado sea "sensible" a cambios geopolíticos o demográficos y el "calentamiento global".
Y reclamó "más equidad", con unos acuerdos que sean "equitativos y mutuamente beneficiosos" y "cláusulas espejo" para que los productos importados cumplan "los mismos estándares que los europeos".
El dictamen también pide "prestar especial atención al impacto potencial" de esos aranceles en productos agrícolas "como el vino, los productos lácteos y el aceite de oliva".
Y pide la adopción de "medidas fuertes contra estos obstáculos injustificados al comercio libre y justo".
Subraya la necesidad de una política comercial europea "ambiciosa, sólida, abierta y sostenible que abra los mercados de terceros países a las empresas de la UE, evitando al mismo tiempo la competencia desleal de los productos importados".
Sobre las "cláusulas espejo" en los acuerdos comerciales actuales y futuros, explica que son necesarias para armonizar las normas de importación en el ámbito medioambiental, fitosanitario, garantizando unas condiciones de competencia equitativas para los productores europeos.
También propone inspecciones a nivel de la UE de los productos agrícolas importados, controles más estrictos de sustancias no autorizadas y una mayor colaboración en la investigación sobre la prevención de plagas y enfermedades, así como la revisión de la normativa para proteger mejor los cultivos sensibles.
Por otra parte, el texto destaca la importancia de la transparencia de la cadena de suministro alimentario y la protección del consumidor y recomienda la aplicación de una tecnología que permita certificar y verificar la trazabilidad de los productos y prácticas agrícolas y alimentarias, tanto dentro de la UE como en terceros países.
Las regiones creen que estas medidas ayudarían a reforzar la confianza de los consumidores y que salvaguardarían la integridad del mercado único.
Por último, para mejorar la competitividad, el CDR aboga por la armonización de las políticas comerciales con los objetivos climáticos, la priorización del relevo generacional en la agricultura, la garantía de precios y condiciones más justos para los productores, normas simplificadas y más flexibles, y la modernización y la innovación.
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