Michel Montaner. EPDANaturalmente, cabe entender las costumbres y usos periodísticos como una consecuencia de lo que vende y lo que no; de lo que interesa al gran público y lo que le trae sin cuidado. En ese marco teórico es normal que la prensa valenciana persiga con ahínco cualquier síntoma o barrunto de enfrentamiento en las primarias provinciales del PSPV. Siempre vendió más la trifulca que la concordancia, la guerra antes que la paz.
Pero siendo relevante, y legítimo, el posicionamiento editorial de cada medio de comunicación, la realidad es la que es, y no la que otros visualizan o gustan de pintar. En las elecciones primarias que los dos candidatos dirimen en la provincia de Valencia hay, por encima de todo, un respeto reverencial a la militancia. Y eso que algunos califican de enfrentamientos o pullas entre facciones no es más que el esfuerzo de cada cual por ofrecer su mejor versión a la sociedad.
Las militancia en el centro, decisiva e imprescindible. Cada militante manifestará su preferencia llegado el momento y todos remaremos en una misma dirección sea cual sea el resultado. Es decir, donde algunos ven cañones y trincheras, en verdad sólo hay ilusión por llevar a cabo un proyecto útil. Y eso es particularmente deseable en una tierra como la nuestra, donde el partido que detenta el poder se ha enredado en su maraña de mentiras e incompetencias.
La Comunitat Valenciana pide a gritos un alternativa de gobierno que la rescate del shock emocional causado por la DANA. Y en esa misión el PSPV lleva la delantera. Debe llevarla. Nuestra obligación como partido es situar a los mejores al frente de cada institución y, a nivel interno, al frente de cada secretaría general. La militancia es sabia y siempre sabe premiar la mejor candidatura. Pedro Sánchez es el ejemplo mayúsculo de lo que digo, y la perfecta contraposición al fracaso que suponen los ‘dedazos’ orgánicos, tan frecuentes en la derecha.
En síntesis. La militancia es el antídoto a las ponzoñas políticas que algunos, interesadamente, quieren ver en la acera contraria. Nosotros, el socialismo valenciano, a lo nuestro. A elegir a los mejores, a devolverle la esperanza a la gente y a dejar que los lobos sigan existiendo únicamente en las encendidas crónicas y las calenturas de sofá.
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