Tiempo
atrás, no hace mucho, estuve viendo un capítulo de una serie
policiaca, americana por supuesto, en el que el protagonista de la
trama de ese episodio perdía la memoria por un golpe recibido
durante un atraco.
No
recordaba nada de su vida pasada. No recordaba su nombre, ni su
domicilio, ni a su familia… Nada.
Amnesia
le diagnosticó el médico. Él preguntó si recuperaría la memoria.
El doctor no pudo asegurarle nada; le dijo que la mente es algo muy
complejo y que la respuesta del cerebro ante una situación así era
imprevisible.
“SI
NO RECUPERO LA MEMORIA… ¡¿¡¿QUE VA A SER DE MÍ…?!?!”
Sus
palabras, al oír la respuesta del doctor, me causaron una gran
desazón… me sentí tremendamente angustiado.
Esta
situación hizo ponerme en el lugar de este actor. Más aún, hizo
que me planteara la vida desde el punto de vista de un enfermo de
Alzheimer.
Es
IMPOSIBLE. Nunca vamos a ser capaces de apreciar, como vivencia
propia, una simulación de no recordar nada.
Borrar
de tu memoria toda tu vida pasada, lo que hiciste ayer o la semana
pasada, la familia, tus amigos… esto, para nosotros, es simplemente
INCONCEBIBLE.
Por
mucha EMPATÍA (que
es lo que dicen que tenemos que tener para ponernos en el pellejo de
los que sufren) que
podamos generar con un enfermo de Alzheimer nunca podremos llegar a
IMAGINAR, ni siquiera un ápice, lo que realmente significa esta
CRUEL, BRUTAL e INHUMANA enfermedad.
Para
un enfermo de Alzheimer cada momento es su primer momento, cada
conocido es su primer amigo, cada cosa es su primera hazaña… sea
lo que sea lo que acaba de hacer… ya está borrado de su memoria.
¡¡¡Mil
y una vez… la primera vez!!!
Ahora
quiero volver al principio de este escrito para hacerme (hacernos)
una reflexión en voz alta…
“SI
CAIGO ENFERMO DE ALZHEIMER… ¡¿¡¿QUE VA A SER DE MÍ…?!?!”
Y
hay DOS NOTICIAS. Una MALA y otra MUCHO PEOR.
La
mala es que 1 de cada 3 personas tendremos Alzheimer al alcanzar la
edad de los 85 años.
La
peor es que TODOS pensamos que esto no va con nosotros… que a
nosotros nunca nos va a pasar. Ésta postura no tiene una explicación
lógica; simplemente, los seres humanos somos así.
El
día 21 de Septiembre es el día Internacional del Alzheimer… ¿Y
QUÉ HACEMOS CON LOS OTROS 364 DÍAS DEL AÑO?
Cada
día, en cada momento, en cada lugar… SIEMPRE debemos estar
concienciados de lo que significa el Alzheimer, conocer su
diagnóstico y observar sus efectos.
Debemos
estar informados, saber lo que implica esta enfermedad, aprender a
ejercitar nuestra mente (ejercicios de estimulación cognitiva), a
tener una vejez activa, a reconocer los primeros síntomas en las
personas que nos rodean…
Hoy
por hoy solo podemos minimizar los efectos de la enfermedad y ofrecer
nuestra cooperación a aquellas personas que sufren indirectamente
(familia y cuidadores) el mal de Alzheimer.
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