Mislata incrementa las actividades del programa de comedor social

Niños y niñas del comedor social de verano en Mislata. EPDA Un niño del comedor social abraza al alcalde de Mislata. EPDA

Casi un centenar de niños siguen asistiendo a diario al comedor social, una iniciativa en la que Mislata fue pionera. El proyecto, destinado a familias sin recursos, permite a ofrecer una dieta completa basada en alimentos saludables. Así, los niños asisten a comer al mediodía, pero se llevan a casa la merienda y la cena para que no sufran los efectos de la maltrecha economía de sus familias. Y es que todos los indicadores siguen alertando del incremento de la pobreza y la desigualdad social.

Entre las actividades complementarias, este año hay tres grupos de talleres, orientados al ámbito de la nutrición, de los juegos educativos y deportivos, y también sobre el cuidado medioambiental. Entre estas actividades, ahora el grupo de niños puede disfrutar de una visita a la piscina de verano municipal, o una jornada en el parque de educación vial de La Canaleta. “Hemos encontrado la fórmula de complementar la asistencia a la comida con actividades que les permiten disfrutar a todos los menores, haciendo uso de recursos e instalaciones municipales”, según explicaba esta mañana Ximo Moreno, concejal de Servicios Sociales, que ha acompañado al alcalde al comedor del colegio El Cid durante los preparativos de la comida.

Otra de las novedades de este año ha sido la celebración de una carrera de colores, similar a la que celebrará Mislata en su programación de fiestas populares. La ColorRun en versión infantil ha servido a los niños para divertirse y convertir esta calurosa mañana de agosto en una auténtica fiesta infantil.

Durante la visita, el alcalde, Carlos Fernández Bielsa, hecho hincapié en “la importancia de continuar abriendo los comedores sociales en vacaciones, y dando solución a un problema real de muchas familias de Mislata; y no es otro que la desigualdad y la falta de recursos de quienes perdieron todo con la crisis y ahora encuentran trabajos muy precarios que en ocasiones no les permiten mantener una alimentación adecuada para sus hijos”.