El
Ayuntamiento de Mislata está negociando un acuerdo in extremis con la Agencia
Valenciana de Movilidad para que los vecinos no se queden sin servicio de
autobús público la semana que viene, cuando la EMT cumpla su amenaza de quitar
a los mislateros la línea 7. Pero tal como explica el alcalde, Carlos Fernández
Bielsa, “no vamos a firmar un cheque en blanco ni vamos a aceptar ningún
acuerdo en el que salgan perjudicados los ciudadanos de Mislata”.
Una
vez descubiertas las verdaderas intenciones del Ayuntamiento de Valencia
respecto a la línea 7 –ya es oficial que se recorta y se quedará en el Mercado
Central- y quedando por tanto invalidada la primera propuesta de convenio de la
AVM, Bielsa ha presentado su propia alternativa. Se trata de una propuesta de
acuerdo entre el Ayuntamiento de Mislata y la Agencia de Movilidad que
“serviría para conectar la línea 150 de Metrobús con varias arterías de la EMT,
de manera que los vecinos de Mislata puedan desplazarse con un solo transbordo
a cualquier parte de la ciudad de Valencia”, explica el alcalde.
La
gran baza de Bielsa es conseguir que la línea 81 de la EMT modifique su
itinerario para que coincida con el que hasta ahora hace la línea 7. Y además,
que llegue hasta las zonas limítrofes de Mislata y Valencia, para conectar
directamente con la línea 150 de Metrobús en un solo transbordo. Además del 81,
que vendría a sustituir al 7, el alcalde quiere también conexión de la L-150
con otros líneas de la EMT, como la 79, la 80, la 81 y la 90.
El
acuerdo que el Ayuntamiento de Mislata pretende alcanzar con la AVM incluye
otra condición más, las conexión de los autobuses que atravesarán Mislata
(L-150) con el Metrorbital, que discurre por toda la ronda sur de Valencia y
que daría servicio a los mislateros a zonas como la nueva Fe, el cementerio o
la Ciudad de las Artes y de las Ciencias.
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