Pedro Javier Martínez y su madre con la perra. EPDA La bulldog francés que fue rescatada por un vecino de Puerto de
Sagunto, tras ser abandonada por su propietario de La Pobla de
Vallbona, finalmente no ha podido soportar los tratamientos y murió
el pasado fin de semana. La Leishmaniosis y el débil estado en el
que se encontraba han sido las causas de su fallecimiento.
Según ha explicado la familia que la acogió, la perra sufrió un
infarto el sábado por la noche. "Ahora estamos a la espera de
que se celebre el juicio contra el dueño por abandono, pero antes
facilitaremos toda la documentación como los informes veterinarios,
los gastos de los tratamientos y de las diferentes pruebas y los
documentos de la incineración", detalla la familia.
Pedro Javier Martínez, el hijo de la familia, se
encuentró a la perra Bulldog francés en estado de abandono en
las inmediaciones de la plaza la Churruca. Tras presentar
la denuncia ante la Guardia Civil se localizó al dueño gracias
al número chip, un vecino de La Pobla de Vallbona. Pero éste
renunció a la perra y dio su consentimiento para sacrificar al
animal debido a su estado.
Mientras tanto y hasta que llega el permiso del juzgado para poder
ejecutar el sacrificio, Pedro Javier y su familia se hicieron
cargo de la perra. La primera visita al veterinario atestiguó el
pésimo estado de salud del can y los claros síntomas de
abandono. Además, la perra sufría de Leishmaniosis, enfermedad
que transmiten los mosquitos, tenía una gran hernia umbilical y
lesiones en el morro y estaba deshidratada. La familia de
Pedro Javier y la protectora de animales SOS Sagunto se hicieron
cargo de todos los gastos para poder salvar la vida de este animal. Y
gracias al calor y al cariño, la Bulldog sale adelante y el
veterinario da esperanzas de que pueda salvarse. Aunque
finalmente, la perra no ha podido soportar el dolor.
El joven de Puerto manifestó que quería adoptar al animal.
pero para ello necesitaba el consentimiento del dueño que la
abandonó para poder hacer el cambio de titularidad. Si no
Pedro Javier podía enfrentarse a un delito. Sólo por salvar la vida
a un animal.
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