El
18 de julio de 1936, las tropas insurgentes al mando del General
Francisco Franco se alzaron en armas contra el Gobierno de la
República Española, dando comienzo a la guerra civil (1936-1939).
(La etapa más sangrienta de nuestro país).
La
dictadura se impuso a la fuerza después de un golpe de estado
militar contra el gobierno legítimo de la II República. Los
primeros años de la dictadura estuvieron marcados por una cruel y
profunda represión política así como una etapa de postguerra muy
dura donde el país se desangraba económicamente, hubieron grandes
hambrunas llegando a utilizarse cartillas de racionamiento para
repartir la comida entre la población , el país se paralizó y
retrocedió económicamente a niveles nunca conocidos.
El
franquismo (1939-1975) se caracterizó por el miedo, la represión
política y social, el control ideológico y moral de la población,
la pobreza y la carencia de lo más importante la LIBERTAD y DERECHOS
HUMANOS, manipulando a la vez los derechos sindicales y laborales de
la clase trabajadora.
Como
el tema que nos ocupa es muy extenso y las atrocidades cometidas
durante este régimen fascista dan para escribir numerosos volúmenes
enciclopédicos voy a centrarme en algo que por ser mujer me duele
sobremanera, y es la gran represión de género que sufrieron las
mujeres republicanas.
Miles
de mujeres fueron vejadas, violadas, torturadas y asesinadas a
garrote vil o a golpes y a diferencia de los hombres, sufrieron
además otro tipo de represión de carácter sexista incluso
después de la muerte.
Según
la investigadora Laura Muñoz-Enzinar explica que ideólogos
franquistas como Vallejo –Nájera, “consideraban a las mujeres
seres inferiores y volubles, que hacían uso de las revoluciones
sociales para dar
rienda suelta a sus latentes apetitos sexuales.”
Para
el franquismo la mujer debía de ser castigada por actuar de forma
impropia a su género hasta el punto de que roja
adquirió el significado de no-mujer”.
Los
distintos tipos de castigos propinados por el franquismo hacia las
mujeres que no cumplían con los cánones del régimen podían ser
las cárceles, daños psicológicos, exponiéndolas públicamente con
el cabello rapado y desnudas o semidesnudas, tras haber ingerido
aceite de ricino, con el objetivo simbólico de “expulsar al
comunismo de sus cuerpos”.
Se
produjeron muchas ejecuciones por el mero hecho de ser mujeres y
pensar diferente, en ocasiones, la vejación de las víctimas
continuaba tras la muerte. A algunas mujeres les faltaban
pertenencias personales, que probablemente se perdieron durante la
tortura o fueron retirados para usarse como trofeo.
Como
muchas víctimas del franquismo, hoy por hoy siguen perdidas en fosas
o enterradas en alguna cuneta, a la espera de ser encontradas y que
sus cuerpos al fin descansen en paz.
El
puñal, entra en el corazón, como la reja del arado en el yermo. No.
No me lo claves. No. El puñal, como un rayo de sol, incendia las
terribles hondonadas. No. No me lo claves. No. Federico
García Lorca.
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