Salvador Murgui, cronista, ex alcalde y una persona feliz. FOTO EPDA
José Salvador Murgui acaba de publicar un último trabajo sobre su municipio, Casinos. Murgui es el cronista oficial desde 1994 y ha sido durante 12 años alcalde de esta localidad del Camp de Túria. A las puertas de la Feria del Dulce que él mismo impulsó cuando ostentaba la vara de mando, presentó en la Casa de la Juventud, 'Casinos del Siglo XVII al 1815', un libro que se une a otros tres publicados cuando era alcalde -'Casinos un poble valencià', 'El nacimiento de Casinos' y 'San Roque, un vecino de Casinos desde 1885'- y después 'El santísimo Cristo de la Paz y Casinos'. Hombre de vasta cultura y amor infinito por su pueblo, está ultimando otra obra, 'Casinos, un villazgo 1810'.
- ¿Cómo ha surgido la idea de su última creación?
- Cuando estaba escribiendo 'Casinos 366 días' empecé a encontrar documentación que merecía un tratamiento especial para confeccionar un libro. A raíz de toda la documentación inédita que nadie sabía que existía sobre el origen de Casinos, y que dejaba la puerta abierta a seguir investigando, como el caso de la expulsión de los moriscos, o todos los pleitos que se originaron para que Casinos fuera un pueblo, todo ello, más los documentos de transacción que existen, ha permitido recrear el entorno de aquellos años.
- ¿Cuáles son las principales conclusiones tras el trabajo de documentación e investigación?
- Casinos no es un pueblo joven como falsamente se dice y se ha dicho. Hablamos de 1600. Por tanto, Casinos tiene historia, frente a lo que se decía en mayo del 68 respecto a que Casinos no tenía historia y, sobre todo, lo más importante es que el apellido Murgui está ultraconsolidado en la historia de Casinos y gracias a los Murgui y Muñoz pudo casarse Juan Rocher, que fue el alcalde que consiguió que se independizara de Llíria en la década de 1840 y 1850.
- ¿Alguna anécdota interesante en cuanto a las genealogías y la evolución de los apellidos?
- Había un cura, Don Damián, que fundó la parroquia y a muchos niños y niñas les ponía de nombre Damián o Damiana, una tendencia que acabó cuando se fue. Pero estaba dentro de lo corriente poner nombres conocidos al bautizar a los hijos. De hecho, se ponían 3: el santo del día, el de la padre o la madre y el otro, el de Bárbara, patrona de la localidad. En cuanto al tema de los linajes, se nota una clara progresión en el apellido Murgui, que es el apellido importante del pueblo.
- Imagino que el éxito de público en la presentación de 'Casinos del Siglo XVII al 1815', con una Casa de la Juventud llena hasta la bandera con vecinos, alcaldes y multitud de amigos, le animará a seguir escribiendo. ¿Cuál será su próxima obra?
- 'Casinos un villazgo en 1810'. Casinos le pidió al rey Fernando VII y a las Cortes de Cádiz el título de villazgo para acabar con las vejaciones del pueblo madre, Llíria.
- Ahora que asistimos a una política de nivel plano, ¿echa de menos su cargo de alcalde? ¿Le gustaría volver a la política activa?
- Volver a ser alcalde no me lo planteo en estos momentos por tres razones: la primera, porque pienso que fue una etapa muy feliz. Me pilló esos años de juventud estupendos y pude dedicarme en cuerpo y alma, porque me sentí muy arropado y querido por el pueblo que me votaba y al cual agradezco que me quisieran como soy, con mis defectos y pocas virtudes. La segunda, porque mis padres están mayores y el tiempo libre es para atenderlos, porque soy muy feliz con mi familia. Y tercero, gracias al tiempo libre que tengo puedo hacer libros que sirven para que Casinos no haga historia, sino que pase a la historia. Por tanto, mi vuelta a la política está descartada. La política local está muy bien porque el Ayuntamiento está en muy buenas manos, como yo lo dejé.
- Y quizás se le olvida una cuarta, y si me equivoco me corrige, que sería por motivos de salud, después de 17 operaciones de corazón, con marcapasos incluido.
- La verdad es que es una felicidad poder superar todos mis pasos por el quirófano. Yo, que soy muy creyente, siempre pienso que cuando Dios me mantiene con vida es porque me necesita para algo en este mundo, porque otros, con menos motivos y sin tener el pasaporte arreglado, se van. La verdad es que cada día que amanece es una oportunidad de vivir, hacer felices a los demás y, en la medida de lo posible, quitar de este mundo la mediocridad, el nerviosismo, el estrés, el odio y la falta de valores de los que tan necesitada está esta sociedad y el mundo actual. Esta es la razón principal que me impulsa a vivir: hacer felices a los demás y ser feliz.
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