Juan BenitoPasado este atípico estío, en el
que los viajes y las salidas vacacionales han estado bastante limitadas por culpa
de esa «Espada de Damocles» que sigue siendo la pandemia coronavírica, septiembre
nos ha abierto las puertas de un nuevo curso, en el cual hemos de depositar
nuestras esperanzas de poder continuar con nuestras vidas a nuestro alegre
albedrío sin ningún tipo de restricción, y luciendo nuestra sonrisa a todo el
mundo, a todas horas y en todos los supuestos.
Y para que esto paulatinamente
llegue a ser una realidad en todos los sentidos, son muchas las entidades que ya
han abierto, o están abriendo sus puertas para que poco a poco, aunque sea con
aforo limitado y las manos bañadas en hidroalcohol, podamos continuar nuestra
trayectoria cultural, pues la cultura es como el alimento de nuestro espíritu,
y no debemos dejar de alimentarlo bajo ningún concepto.
Así pues, hoy vamos a solazarnos
con una visita virtual a uno de los grandes museos de España, y quizá del
mundo, el Museo de Bellas Artes de Valencia, sabiendo que esta
visita virtual no puede nunca sustituir a una visita física para poder admirar en
vivo todas las maravillas que en lienzos y tablas nos ofrece este impresionante
museo.
Mas, como siempre es bueno saber
algo de la historia del lugar que vamos a visitar, hemos de saber que el Museo
de Bellas Artes de Valencia se inauguró en 1839, siendo su primera ubicación el
Convento del Carmen Calzado de Valencia, una edificación de 1281
promovida por el carmelita fray Arnaldo Gasch o fray Arnaldo de Bascher, que se
encontraba extramuros de la ciudad de la Valencia amurallada, siendo su primer
nombre Real Monasterio de la Madre de Dios del Carmen.
En un principio el Museo de
Bellas Artes estaba unido a la Real Academia de Bellas Artes de San
Carlos, creada el 14 de febrero de 1768 por el rey Carlos III de
España, llamado «el Político» o «el Mejor Alcalde de Madrid» (1716-1788), de
ahí el nombre de «Carlos», el cual desde su fundación siempre ha impartido las materias
de pintura, escultura y arquitectura. Mas, en 1913, a través de un real decreto
del 24 de julio de ese año, el Museo se separó definitivamente de la Real
Academia de Bellas Artes de San Carlos, y desde entonces se convirtió en una entidad
autónoma dependiente del estado español pero regida por un Patronato, hasta que
en 1984 fueron transferidas sus competencias a la Comunidad Valenciana.
Durante la Guerra Civil
Española, el museo como entidad física visitable desapareció, y los fondos
pictóricos se trasladaron al Museo del Prado de Madrid, de donde
fueron rescatados al acabar la contienda gracias al director del museo el
valenciano Manuel González Martí (1877-1972), mas, al volver de nuevo los
cuadros a Valencia, estos no se expusieron en el convento pues este necesitaba
una reforma que nunca se le hizo, en ese momento fue cuando se decidió
trasladar el Museo de Bellas Artes al Colegio-Seminario San Pío V,
el cual fue fundado por el arzobispo Juan Tomás de Rocabertí, O. P.
(1627-1699) para la formación de sacerdotes.
Esta edificación, diseñada en
1683 por el arquitecto Juan Bautista Pérez Castiel (1650-1707) es de planta
cuadrangular con un bello claustro central, pero dada la gran cantidad del
fondos pictóricos del museo y las dependencias utilizadas por la Real Academia
de Bellas Artes de San Carlos, ha hecho necesarias varias ampliaciones, siendo
las más recientes las realizadas en cuatro fases proyectadas por los
arquitectos valencianos Álvaro Gómez-Ferrer Bayo (1965) y Manuel Portaceli Roig
(1942) entre los años 1986 y 2003. Más una quinta fase realizada entre 2013 y
2016 que estuvo destinada en su totalidad, a subsanar el estado de deterioro
que mostraba la edificación tanto en su exterior como en su interior.
Mas, el Museo de Bellas Artes es
más que una impresionante parte de la historia de Valencia, pues dentro de sus
entrañas alberga una de las mejores y más grandes pinacotecas de España, pues, además
de sus colecciones permanentes y sus exposiciones temporales, tiene un buen
número de «rarezas pictóricas» que lo hace, en ocasiones, único en el mundo.
Entre esas rarezas cabe citar a Gherardo
Starnina como representante del gótico italiano con su «Retablo de fray
Bonifacio Ferrer», o la tabla «Madre de Dios con el niño y los santos», atribuido
al genial Cenni di Francesco di Ser Cenni. Además, también cabe citar a
los pintores San Pietro di San Simone, Pinturicchio, Antoniazzo
Romano, Giampietrino, Diogo de Contreiras, Giovanni
Baglione, Bartholomeus Spranger, Mario Minniti, o al pintor
malagueño Juan de Pareja, con una de sus pocas obras «Retrato del
arquitecto español José Ratés Dalmau», convirtiendo estos insignes pintores y
sus obras al Museo de Bellas Artes e Valencia, en un centro de referencia y de
estudio.
Pero, paseando por sus galerías
y admirando detenidamente cada cuadro, encontraremos obras tan espléndidas y
singulares como «La Virgen de la leche» de Bartolomé Bermejo; el «Autorretrato»
de Velázquez; «El cazador dormido» de Tomás Yepes; y magníficas obras
de los pintores valencianos Juan de Juanes con su «Asunción de la
Virgen María»; José de Ribera con su «San Sebastián asistido por Santa
Irene»; o el impresionista Joaquín Sorolla con «La grupa valenciana»
Además del Impresionismo
Valenciano ya citado, el museo también posee muestras de corrientes
pictóricas como lo fue Renacimiento, representado por pintores de
la categoría de Sebastiano del Piombo y Yáñez de la Almedina, y
representando al Renacimiento Valenciano cuenta el museo con
grandes pintores como Vicente Macip, o Juan de Juanes.
No me puedo olvidar del Barroco,
pues el museo cuenta con obras de Francisco Ribalta y Pedro Orrente,
siendo uno de los representantes del Barroco Valenciano el genial
Jerónimo Jacinto de Espinosa.
Y, por no extenderme demasiado
en esta visita virtual, con la que podríamos llenar varios tomos de buenas
reseñas pictóricas, comentar que el Neoclasicismo también está
presente con grandes pintores como Antonio Palomino, León Boronat,
y los valencianos Mariano Salvador Maella y José Vergara Gimeno.
Además, el museo también cuenta
periódicamente con exposiciones temporales como la que en 2019 realizó sobre
las Cabezas grotescas de Leonardo da Vinci, poniendo a
disposición de la sociedad valenciana siempre todo lo mejor en arte a nivel
mundial.
Todo esto y más que,
evidentemente no cabe en estas líneas, hace que al pasear por las galerías de
este impresionante museo siempre encuentres nuevas sensaciones y disfrutes cada
día que vuelvas a él como si fuera el primer día, pues, evidentemente, en un
día se pueden llenar nuestros ojos por entero con toda la magnificencia que se
puede admirar por doquiera que se mire, siendo la visita a este gran museo, una
parada ineludible para todos los buenos amantes de la pintura.
Valencia es sinónimo de cultura.
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