Eusebio Monzó. EPDA Arte, música, pirotecnia, pasión por la Mare de Déu, ninots, germanor, vecindad, pasacalles, la indumentaria bellísima de las falleras, el fuego... todo ello y muchas más cosas hacen de las Fallas una fiesta llena de riquísimos matices, a través de los cuales los valencianos mostramos nuestra actitud frente a la vida.
Somos un pueblo emprendedor, optimista, que valora el esfuerzo y la dedicación, que se crece ante las adversidades y trata de afrontarlas con humor y alegría. Las Fallas son precisamente eso: una demostración del vitalismo del carácter mediterráneo de los valencianos.
Las Fallas son un acontecimiento universal, patrimonio de la Humanidad, que por su espectacularidad y belleza, y por las grandes emociones y vivencias que deparan, nos cautiva no solo a los valencianos, sino también a todos los que nos visitan. Valencia vive las Fallas con enorme intensidad.
En cada barrio y en cada calle de Valencia se levantan en la plantà casi 800 monumentos con el esfuerzo de las falleras y falleros que son quienes hacen posible este milagro que se repite cada año. Las Fallas forman parte de nuestra identidad, y a través de ellas, los valencianos expresamos con libertad y respeto nuestra visión de lo cotidiano, de todo aquello que nos ha ocurrido a lo largo del año.
Por infinitas razones que con seguridad no habré plasmado en este artículo, desde las Administraciones y poderes públicos es inadmisible que se produzcan injerencias en las Fallas. Nadie debería intentar cambiar o manipular algo tan maravilloso que surge de manera autónoma y espontánea en cada rincón de Valencia y que se ha conformado como unas de las tradiciones valencianas con más proyección y reconocimiento internacional.
Por todo ello, no podemos olvidar que entre quienes ahora mismo conforman el tripartito del Ayuntamiento hay concejales que impulsaron movimientos en contra de las Fallas, como la llamada Intifalla, alentada por Grezzi y nunca condenada por el alcalde Joan Ribó, desde la que lanzaron soflamas políticas en mascletaes y actos falleros sin respetar a las Falleras Mayores y sus Cortes.
Como valenciano me siento muy orgulloso de las Fallas, a las que considero la mejor fiesta que pueda existir. Las Fallas no solamente son un hecho festivo, sino que son también un riquísimo movimiento cultural que acarrea toda una actividad popular, artística, creativa, musical y empresarial en toda la Comunidad Valenciana. Por todo ello, se han convertido en Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Toda esta grandeza cultural y festiva, además de protegerla y fomentarla desde el Cap i Casal, hay que agradecérsela a las comisiones falleras, nacidas en el corazón de cada barrio y de cada pedanía, que son las artífices de ese milagro que se repite cada año y que logra transfigurar nuestra ciudad, haciéndola única, diferente y reconocida en el mundo entero.
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