'Cuando
la tormenta pase y se amansen los caminos, y seamos sobrevivientes de
un naufragio colectivo'…Así
comienza el poema “Esperanza” erróneamente atribuido a Mario
Benedetti, fue escrito por el poeta cubano Alexis Valdés e ilumina
hoy el pesar de todo el mundo, yo con él iluminaré el de todos
los españoles.
Cuando
la tormenta pase, ¿qué pasará?. ¿Habremos aprendido algo de todo
este drama tanto a nivel humano por la cantidad de vidas que un
viento llamado “COVID” se llevó, familias enteras que aun hoy
ocho meses después siguen llorando la perdida de ese ser que se fue
por un viento cruel?. Parece que nos hemos olvidado de esos
trabajadores que a día de hoy siguen pendiendo de un hilo muy fino
llamado ERTE, de esas familias desahuciadas por los bancos que en su
momento decidieron gastar lo poco que tenían en comida que en una
letra que les quitaba la vida. Nadie se acuerda ya de esa gente pobre
deambulando por nuestras calles, perdidos, hundidos, gente que ni
siquiera son contados en los índices de pobreza o migración. Los
llamados 'sin techo' los que simplemente no existen. ¿seremos
capaces de sentir, pensar y comportarnos de otra manera?, yo creo
mucho a mi pesar que no…'Y
le daremos un abrazo al primer desconocido y alabaremos la suerte de
conservar
un
amigo…
Actualmente
y con la situación que nos ocupa estamos abocados a engrosar la
lista con nuevos quebraderos de cabeza. Son todos aquellos al frente
de pequeñas y medianas empresas, aquellos de pequeños comercios
locales, aquellos emprendedores ahora llamado “cabeza de turco”
que ya no saben qué hacer a principio de mes cuando les llega una
cantidad inmunda de pagos a los que enfrentarse si quieren levantar
la persiana de sus comercios, y asegurarse así una jubilación
digna a base de sudor y muchas lagrimas, evitando echar el cierre
para siempre.
Impuestos
y gastos a los que un emprendedor ahora llamado¨ cabeza de turco¨
tiene que cubrir si quiere asegurarse una jubilación merecida
después de tanto esfuerzo realizado a lo largo de su vida.
Todos
los negocios y empresas están haciendo esfuerzos titánicos para no
irse a pique, tal vez los que más lo noten sean aquellos puestos en
los mercados municipales que tan amablemente nos atienden, son los
que están viviendo con más crudeza si cabe que todo se esté yendo
al garete.
La
hostelería ha sido golpeada con dureza debido a la normas de
seguridad establecidas anti- bicho. Reduciendo muy mucho la capacidad
de sus locales y horario de atención a los clientes, remodelando
locales, invirtiendo un dinero importante en seguridad,
reinventándose en la mayoría de los casos de tal forma que la
inversión no compensa en la mayoría de los casos cerrando
temporalmente o echando el cierre para siempre y eso duele.
Es
mucho dinero el que se necesita para levantar la persiana cada día,
las ojeras de Dani, Vanessa, Inma, Poli, Carmen, Rosa, Rober,
Estrella, Pere entre muchos nos lo cuentan.
Y
esto ¿de quién es la culpa?, ¡BINGO! de todos esos irracionales
que se han empeñado con su actitud del 'meninfotisme' en engordar
la lista del paro y llevar al país a la mayor pobreza jamás
conocida después de aquel período de autarquía ocurrido en los
años (1939-1959)durante la dictadura franquista, y eso nos debe de
acojonar, perdón acongojar.
La
solución para que todo esto no ocurra la tenemos todos. Cumplamos
las normas quitándoles así las ojeras y los dolores de cabeza a
muchísimas personas.
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