El pasado mes de diciembre se aprobaron los Presupuestos Municipales de Massanassa para el año 2024, contando sólo con los votos favorables del Partido Popular, prueba de la falta de capacidad negociadora. A decir verdad, los Presupuestos nacieron torcidos desde que hace unos meses el PP se sacó de la manga, contra todo pronóstico y con mucha discreción, una subida de impuestos municipales histórica e inoportuna.
Histórica porque nunca antes se había subido de esa manera los impuestos e inoportuna por el momento en que lo hicieron. Al principio de la legislatura, al poquito de pasar las elecciones y en un momento en que el coste de las hipotecas, los alquileres y la cesta de la compra no hace más que subir.
Lo dijimos en su momento y me reitero ahora. Subir o bajar o impuestos no es, de por si, ni malo ni bueno, sino oportuno o inoportuno. Difícil es de explicar a unos vecinos y vecinas a los que se les lleva vendiendo durante décadas que Massanassa está montada en el dólar que ahora, de repente, se deben subir los impuestos o, literalmente, entraremos en déficit.
¿Por qué no vigilaron mejor el gasto cuando había que hacerlo? ¿Por qué no se revisó cada factura que se pagaba para ver si el servicio estaba, o no, prestado? ¿Por qué se hubieron de pagar indemnizaciones millonarias por expropiaciones de terrenos hechas de manera inadecuada? No lo digo yo. Lo dicen los jueces.
Demasiadas preguntas sin explicar para un equipo de gobierno que, aunque selfi a selfi, se empeña en demostrar capacidad de gestión y unidad anda descabezado tras la marcha del alcalde a Valencia y sus nuevas obligaciones políticas en otros municipios.
Por mucho que se empeñen, no se entiende. No se entiende que un equipo de gobierno que presume de tener un superávit envidioso suba los impuestos a todos. Por eso, por la subida indiscriminada y desproporcionada de impuestos municipales, los y las socialistas de Massanassa les hemos dado un rotundo no a las cuentas del PP y Paco Comes. En nuestro nombre no.