Miguel Ángel Martín. EPDA No sorprendería a nadie si
hoy mostrase aquí mis simpatías por Podemos, al igual que las
manifesté en su día con el 15M. En aquellos días, muchos,
esperábamos que desde la izquierda se fuese capaz de articular una
respuesta a la ofensiva neoliberal que se había llevado por delante
al incapaz, por no saber o no querer dar una respuesta
socialdemócrata a la crisis, que fue el Presidente Zapatero. Era el
2008, los líderes mundiales del G20 se reunían en Washington para
emular un segundo Bretton Woods y refundar el capitalismo; mientras
en España IU, en su asamblea decide iniciar un proceso de
refundación, algo que culminaría en 2010 con una asamblea de
refundación llena de viejas caras, donde evidentemente se refundo
poco o nada. Como en la cumbre del G20 tampoco refundaron el
capitalismo sobre bases éticas, como decía Sarkozy (ahí! Que me
parto…) todo parecía indicar que teníamos un empate que dejaba
las cosa en sus sitio.
Asaltos
El
problema es que no fue así, tras los primeros asaltos el capitalismo
desregulador se levanto de la lona y lejos de tirar la toalla, con la
energía que da que te cubran tus pérdidas con dinero público,
comenzó a golpear a la parte más débil de la sociedad, con la
complacencia de gobernantes de diverso signo político. En esa
tesitura, la izquierda no hizo sus deberes, y como no se refundo de
verdad, con sincera generosidad, le broto al lado como un esqueje
Podemos. Los chicos y chicas que hacían esas propuestas tan chulas y
novedosas de los programas de IU, dejaron de ser los guionistas
fedatarios que elección tras elección veían como al final primaban
más las cuitas internas que luchar contra la mayor ofensiva
neoliberal de la historia. Esto requiere de una potente autocritica,
que aún no he visto ni en Madrid, ni en Valencia. Creo que el éxito
de Podemos, radica en que ha sido vista como una herramienta de
cambio por parte de la población más castigada por la crisis, que
és mucha. La gente ha elegido quien quiere que lidere la Resistencia
hasta convertirla en Ofensiva. Todo en la vida no es resistir, llega
un momento en el que hay que ilusionar planteando futuro. El Ahora es
importante, pero cuidado, no hay Común sin futuro.
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