No me acuerdo Este ¨yo me quedo en casa¨, o confinamiento que para muchos ha sido muy duro, difícil, pesado, complicado tanto a nivel física como emocional, para mí se ha convertido en un resurgir de mis cenizas. Si queridos míos unas cenizas esparcidas durante tres largos años en los que el rastro y las huellas de esta loca riberenca se esfumaron para renacer o ¨reviscolar¨ con más fuerza si cabe en tiempos difíciles para el resto de los mortales.
Y, ¿qué sucedió?, estaréis todos intrigados por saber, pues como yo no me conformo con un simple resfriado padecí y aún hoy padezco ¨Epilamboneim¨ que en griego y para los cultos que hay muchos, significa ¨coger por sorpresa¨ o para los menos cultivados ¨Epilepsis¨. La epilepsis estimados todos altera la actividad de las neuronas y claro como yo tengo un número incalculable de ellas me dio de lleno. Esta enfermedad puede causar sensaciones, emociones y comportamientos extraños. Tanto es así que quién tiene el gusto de conocerme y sabe lo animal que soy no daban crédito a lo mansa que me volví.
Con este pequeño preámbulo quiero referenciar la tan famosa frase de: ¨si te he visto no me acuerdo¨ y es verdad, hoy por hoy no recuerdo muchas cosas que han pasado en mi vida, algunas de ellas importantes, otras divertidas, como cuando le tiré del camal a mi adorado Camilo Sesto en un concierto en Alzira, y casi me lo quedé para mí, imaginaros si le tiro de otro sitio... No recuerdo caras, no recuerdo nombres. Se han borrado de un plumazo vivencias o experiencias con gente a la que quiero. Pero tengo la gran suerte de tener a mi lado amigos que me las recuerdan por mi bien, también os confieso que no me arrepiento de ninguna de ellas, lo que hice en un pasado hecho está, sólo me lamento el haber depositado mi confianza en alguien que no la merecía y mi imprudencia costó el sufrimiento de terceros, eso es lo que aún hoy me duele.
Con esto no quiero dar pena ni lástima, al contrario en el fondo este despertar me ha servido para ver con más claridad el Sol, ese astro que ya no me deslumbra, para perder el miedo, para pensar en positivo, para tener las agallas que nunca tuve, en definitiva para luchar pero de verdad.
Hay muchos amigos míos que también han sido epilépticos como, Dante, Agatha Christie, Alejandro Magno, Julio Cesar, Newton, Beethoven, Nobel. Buffff que cuadrilla de buenos entre los que me incluyo jijiji.
De las pocas cosas que no puedo realizar todavía es conducir, pero no os preocupéis, como tengo el C1, en cuanto mi neurólogo me diga que estoy lo suficiente cuerda para hacerlo, cantaré aquello de…¨yo para ser feliz quiero un camión¨.
Fuera bromas ahora en serio, es fundamental potenciar la fortaleza física en lo posible que es lo que hago, pero en ningún caso podemos descuidar el buen tono muscular de nuestra fortaleza psíquica, mental y emocional que también lo intento por difícil que lo tengamos. Con ello podemos superar adversidades de todo tipo. Como decía otro laureado amigo mío: ¨El fuerte recoge el fruto con sus propias manos¨. Es decir: ¨se lo curra¨. El débil no tiene opciones ni a las migajas.
Para finalizar, no olvidéis lo que decía mi primo Raabe: ¨El humorismo es un chaleco salvavidas en la corriente de la existencia, es la mejor manera de decir verdades como puños. Horacio se preguntaba igual que yo, ¿qué impide decir la verdad con humor? O sea, con esta retranca riberenca que tanto me caracteriza. Amigos y fervientes lectores de ¨les cosetes de Amparo Sellés¨, las cosas nos vienen por algo, exprimámoslas y saquémosles todo su jugo y siempre veamos en ellas las cosas positivas, que siempre os aseguro que las hay. I moltes grácies a tots.
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