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Mar Traver es Secretaria de Comunicación de Podem València
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MAR TRAVER - 22/08/2021
Mar Traver/EPDA
Seguro que alguna vez ha escuchado la fábula de La rana y el agua hirviendo. En ella se cuenta como al entrar en una olla con agua hirviendo una rana sale de manera inmediata, pero si la rana se introduce cuando el agua está fría y la temperatura va subiendo gradualmente hasta hervir, ella no reaccionará y acabará muriendo.Lo mismo está ocurriendo en nuestra sociedad con la temperatura del odio y, como la inocente rana, debemos reaccionar antes de morir hervidos si no queremos ser como ella...Ejemplos los encontramos a cientos y algunos son realmente evidentes pero otros no tanto y así van subiendo los grados. Preocupante es el aumento de la LGTBIfobia (solo entre 2015 y 2019, último año con estadísticas, el Ministerio del Interior registró un aumento del 67,5% en los incidentes de odio contra este colectivo) o el resurgimiento del racismo que ilustró muy bien el informe de la ONG Rights International Spain: Racismo y xenofobia durante el estado de alarma en España (que reflejó 70 agresiones racistas en esas pocas semanas).Más allá de estos datos, hay pequeños gestos aparentemente inocuos que son los que instala la extrema derecha apelando a lo peor de las entrañas de la sociedad y hacen subir la temperatura de la olla. Ejemplo es la reciente retirada del polémico cartel de Zahara tras las quejas de VOX y que el PSOE asumió. A esta conculcación de la libertad de expresión y también en Toledo, siguió la crítica del PP al concierto de Los Chikos del Maíz acusándolos de "proetarras" y de "llamar a la violencia públicamente".Lo que hace unos pocos años entraba dentro de la libertad de expresión hoy es pecado cómo hace décadas... la crispación y polarización social está permitiendo que el odio vuelva a nuestro día a día. Se observa un incremento de la violencia entre los jóvenes y generalmente con trasfondo de delito de odio, las mujeres siguen siendo asesinadas a manos de sus parejas, de nuevo amparadas por la permisividad de un reforzado patriarcado...Los medios les han permitido (o regalado) espacio a los propagandistas del odio, se les normalizó como opción política y de ahí pasaron a conseguir escaños en el Parlamento, Comunidades y Ayuntamientos... Ahora nos traen mensajes del siglo pasado (o incluso anteriores), de calado religioso, xenófobo, machista, clasista y fascista, al que nos estamos acostumbrando demasiado... ¿Esto es sano para la sociedad? ¿Es libertad de expresión acatar las censuras de la extrema derecha?Reflexionemos y enfrentémosles. Me niego, como se niega gran parte de la sociedad, a que nos acostumbremos a estas censuras reaccionarias sin luchar contra ellas. Me niego a admitir el retroceso que nos traen. Luchemos juntas, o será demasiado tarde cuando queramos reaccionar.