Paco Arévalo junto a José Salvador Murgui
El Fallecido Manuel J. Ibáñez Ferriol. /EPDA
Manuel J. Ibáñez Ferriol. /EPDAEs la una y dos minutos cuando me dispongo a escribir estas líneas cargadas de sentimiento. El año 2023 se nos ha llevado a muchas personas, hemos perdido a tanta gente que sin querer nos hemos acostumbrado a no tenerlas.
Esta noche de Reyes, de magia, de ilusión, es el culmen de todos los deseos, es la meta de muchos niños, es la ilusión de los padres y porque no es la noche de esperanza de quienes nunca la hemos perdido.
¿Que pides a los Reyes? ¡Que no se lleven nada y que me lo dejen todo! Que grandes somos al escribir esta carta tan ligera de letras y tan cargada de equipaje.
En una semana se han ido dos grandes personas que tuve el gusto de conocer personalmente: Manuel Ibañez Ferriol y Paco Arévalo. Sería larguísimo hablar mis vivencias con ambos, largo e interminable.
A Paco lo salude la noche de los Premios del SORO, subiendo y bajando del escenario, luego cantando con Los del Río… lo vi decaído pero radiante de energía… Era un grande del escenario.
Manuel unos días antes de Navidad me pidió un corte de voz para felicitar las Navidades desde Casinos, ese pueblo tan Dulce que muy a menudo compartía muchos programas de radio, de su radio.
Me pedía artículos para su revista y siempre de una forma altruista hablaba en su emisora radiofónica de nuestras dulces bondades.
Uno y otro de forma silenciosa se quedaron dormidos en el más profundo silencio y en la más duradera paz, esa que empieza abrazando la eternidad.
Hoy noche de Reyes, los recuerdo a los dos, uno con los chistes mudo y el otro con la emisora en silencio.
Se fueron, ¿que nos queda? El recuerdo, sus buenas obras, su grandeza y lo más triste empezar el camino del olvido. Hoy se disfraza con aquello de que eres la Estrella que más brilla en el cielo, o aquello otro de que “vuela alto…”
El olvido nunca es el premio a las buenas obras, la ignorancia nunca es el premio al amor, la ausencia de una persona nunca debe sepultarse con ignorancia. Nos vamos, partimos sin avisar, aquí se queda todo, todo y junto a lo material solo quedan nuestras buenas obras, lo único que puede mantener vivo el recuerdo.
Siempre pienso que el mejor título que puede tener un hombre o una mujer es el de ser “Buena persona” y ese título lo han demostrado durante una vida Manuel y Paco.
Hoy son recuerdo, son historia, pero son tan buenas personas que merecen ese reconocimiento al menos de las personas que con ellos convivimos y que de cerca los conocimos.
Hoy noche de Reyes, dejadnos lo nuestro, lo que amamos, lo que tenemos, el techo que nos cobija, dejadnos también respeto y amor. Si respeto para comprender un mundo muy difícil de entender y amor para curar este mundo enfermo de soledad, que sepa abrazar el respeto para no olvidar fácilmente y el amor que nació en un pesebre cuyo único mensaje fue proclamar a viva voz que el mundo tenga paz.
La PAZ que Paco y Manuel habrán encontrado en la eternidad. Feliz día de Reyes a todos los que aún estamos aquí. A la una y treinta y cinco minutos os envío queridos lectores mi abrazo de PAZ. ¡Feliz día!
José Salvador Murgui.
Cronista Oficial de Casinos.
Académico de la R A C V.
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