Colocación de pasamanos y barandillas. Foto: EPDA. La obra comenzó la primera semana
de febrero. La primera fase se centró en elevar el paso subterráneo para
peatones y abrir el tráfico rodado lo antes posible, cosa que se consiguió el
22 de febrero.
Ahora, en la segunda fase, se
rematan los detalles de la obra: a la pasarela para evitar caer en la calzada
se unen varios tramos con pasamanos para facilitar el acceso a las personas
mayores o con problemas de movilidad, además de dos pasos de cebra que ya están
diseñados (con el rebaje de aceras) y la brigada municipal pintará las líneas
blancas en breve.
Queda pendiente una última fase:
asfaltar el Caminás completo... si todo va bien será este mismo mes de marzo.
Todo ello financiado íntegramente por la Diputación de Valencia con un coste de
80.000 euros, dentro de los PPOS (Planes Provinciales de Obras y Servicios).
“Nunca he comprendido cómo el
anterior paso subterráneo, que tenía una pendiente mucho mayor para los
peatones, jamás tuvo unos pasamanos para facilitar los movimientos de personas
con más dificultades para moverse”, asegura Chimo Galcerá, concejal de
urbanismo. “Y que no tuviera una barandilla para evitar que los peatones
pudieran caer accidentalmente a la calzada por donde circulan los coches es
algo que tampoco tiene ninguna lógica. Por ello hemos añadido estas mejoras en
el nuevo diseño del paso subterráneo, junto a los pasos de cebra lógicos en
cualquier actuación urbanística pensada para todos los ciudadanos”.
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