Sergio Muniesa.Hay
cosas que no cambian, nuevo curso, mismas decepciones con el
tripartito. El final de verano avanza inexorablemente, y le va
sustituyendo el comienzo del curso político, y de nuevo se inicia
con los mismos problemas sin resolver.
Tras
más de un año, el gobierno que preside el socialista Darío Moreno
sigue sin tener prisa alguna en resolver los problemas. Algo más
propio de una España en vacaciones que de un equipo gestor, el más
caro de la democracia, por cierto.
El
argumento de hace un año con el “somos nuevos” y el “vamos a
hacer”, ha dejado de ser efectiva y tampoco lo puede ser ni la
crisis sanitaria ni la económica y social que se avecina, porque a
este gobierno, como a cualquier otro se le exigen resultados y no
excusas. Cada día que pasa, se suma uno más en la incapacidad para
la respuesta y resta uno a la batería de pretextos.
En
la pandemia y sus negativos efectos ha podido contar con el apoyo y
colaboración de todos, pero la puesta en marcha de las medidas ha
llegado tarde, como hemos visto recientemente en la falta de pago de
las ayudas a los comerciantes y autónomos de la ciudad.
Estas
cuestiones, como todo en la vida, tiene sus efectos y, esa inacción
en la gestión genera, en ese fino equilibrio del universo municipal,
que en otra parte del municipio, se generen problemas y, los vecinos,
en este caso las pymes de la ciudad, ante la falta de respuesta, se
quejen.
Eso
no era mas que una muestra, porque en otra infinidad de asuntos el
equipo de gobierno se tomó al pie de la letra lo de ir sin prisas y
se escudan en que se lo encontraron así cuando la realidad es que
son los mismos que en la pasada legislatura. Mismos grupos, mismos
protagonistas, mismos malos resultados y a rebufo de las denuncias
que vecinos y oposición venimos realizando.
Esta
segunda parte de los anteriores vende más fotos que resultados,
porque la realidad no se detiene y solo reaccionan cuando las
críticas arrecian. No hay programa para la ciudad, y con eslóganes
no se gestiona.
Toda
gestión, por pequeña que sea, es esencial para el vecino y para la
ciudad, pero esa incapacidad junto a esa falta de reivindicación
ante los abandonos reiterados en la inversión por parte de la GVA y
la diputación hace que esta versión amable del tripartito que
encabeza el socialista Darío Moreno sea una combinación fatal para
los intereses y futuro de nuestra ciudad. Al tiempo.
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