Una casita abandonada con síntomas de haber sido okupada. //FOTO S. M.
Otra casa ocupada. //FOTO S. M, Dice la Constitución en su artículo 47 que todos los españoles tienen derecho a disfrutar de una vivienda digna. Sin embargo, esto no siempre se cumple. Distintos vecinos del Camp de Morvedre se han visto en los últimos meses abocados a tener que abandonar sus casas al no poder pagar sus hipotecas. Ante la imposibilidad de alquilar un inmueble, algunos de ellos han optado por ocupar casas abandonadas. Y lo que no son casas.
El Periódico de Aquí ha visitado familias que han adaptado casetas abandonadas de atención al cliente de constructoras y las han convertido en sus hogares, algunos de ellos, con mucho encanto. Sin embargo, una ocupación que no deja de ser ilegal y que se critica y evita desde el Ayuntamiento de Sagunto, desde donde se ofrecen numerosas ayudas a los vecinos sin recursos. Viviendas del IVVSA y ayudas para alquileres, son entre otras, algunas de ellas. Medidas y soluciones que, sin embargo, son rechazadas en ocasiones.
Okupa profesionalMás de 6 años lleva una joven pareja de Sagunto ocupando casas abandonadas y convirtiéndolas en un hogar. Si hasta hace poco su vida transcurría en una casa abandonada frente al cementerio de Puerto, hoy, tras el derrumbe de la misma para la construcción de viviendas, la pareja y su hijo pequeño viven en otro caserón abandonado, no muy lejos de donde lo hacían. Sin embargo, las grúas ya acechan la zona, y de nuevo, deberán cargar sus pertenencias y buscar la que se convierta en su nueva casa. Y todo ello a pesar de contar con el apoyo y las ayudas del Ayuntamiento de Sagunto.
Desde el departamento de Servicios Sociales, han afirmado a EPDA que “esta familia es ya muy conocida, ya que al saber su situación hace años, se le ofreció una casa del IVVSA, en Baladre, donde sólo debían pagar 30 euros al mes”. A pesar de las facilidades, los mismos no cumplieron con este pequeño requisito y se les tuvo que invitar a abandonar el inmueble. “Ahora, siguen explicando desde Servicios Sociales, se les ha ofrecido una ayuda bastante considerable para que se puedan permitir una vivienda digna de alquiler, pero la han rechazado. Ellos piden que el Consistorio les facilite una casa en propiedad, no admiten ayudas, casas del IVVSA, ni nada. Sólo están dispuestos a abandonar la casa, cuentan desde el Consistorio, si se les regala otra”. Así que, allí siguen rodeados del polvo que levantan las máquinas que están empezando a dar forma a las casas que pronto harán que la suya, una vez más, sea derruida.
En BaladreLo mismo sucede con otra familia de Sagunto. La Generalitat les ofreció un piso en Baladre. Lejos de valorar este hecho, sus miembros no cumplieron con lo que el contrato exigía y se les tuvo que desahuciar. Ahora, han decidido habitar una pequeña caseta de atención al cliente que una constructora tenía abandonada en Puerto de Sagunto. Cerca de 12 metros cuadrados en el que conviven casi 10 personas. Un bonito y cuidado jardín con un gran sombraje, una terraza con mesas y sillas, e incluso una zona habilitada como gimnasio, son algunas de las características que han convertido un punto de información y venta en el techo que cobija a una familia.
Desde el Ayuntamiento han afirmado que cada año se dota a las familias con menos recursos de un sinfín de ayudas. Unas ayudas que muchos rechazan y que otros pierden por su mal comportamiento.
Además, algunas personas han ido más lejos y han decidido ocupar alguno de los edificios emblemáticos. La casa amarilla de la palmera de la Avenida Mediterráneo, cuyo fin era convertirla en un museo dedicado a Ramón de la Sota (ya que el inmueble, declarado Bien de Interés Turístico, pertenecía a un descendiente suyo) se ha convertido en el punto de reunión de distintos okupas, que lejos de tratar el inmueble con decoro, lo han convertido en un foco de suciedad, peleas e incendios. Lo mismo sucede con las casas de la gerencia, que a pesar de la adecuación, apertura al público y seguridad, siguen siendo ocupadas por decenas de personas. Lo último, como distintos vecinos de la zona han relatado a EPDA, la ocupación de las habitaciones de un hotel abandonado.
La okupación, por tanto, se extiende como alternativa ilegal al alquiler o la hipoteca.
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