El alcalde de Olocau frente al barranco de Carraixet Olocau lleva desde el 11 de octubre de intentando que alguien se haga cargo de la limpieza de los barrancos del Carraixet y Pedralvilla, al menos las zonas que afectan directamente al municipio porque, según su alcalde, el socialista Antonio Ropero "esto es un polvorín que, como se produzca un incendio, explotará".
Ropero lleva, desde que entró en el Ayuntamiento, luchando contra los elementos para que los técnicos del Ministerio adecúen una zona que él califica de "peligrosa". "Esta llena de cañas, de arbustos, se han perdido los campos, los cultivos, las sendas…", afirma el edil. Tanto es así que cuando intenta enseñar la zona afectada, se pierde entre el cañizo y debe buscar rutas alternativas porque los caminos han sido devorados por la maleza. Según Ropero ha hablado con todas las instituciones, sobre todo con la Conferencia Hidrográfica del Júcar, que es la responsable de los cauces de los ríos a este lado de la comarca, pero Ropero cuenta que ha enviado mil y un informes "y nadie ha hecho caso, todos se pasan la patata caliente". La carpeta en la que guarda los documentos impresiona por su grosor y en ella atesora papeles con distintas fechas que bailan entre el octubre de 2011, enero de 2012, o abril de 2013 y ninguna tiene una respuesta clara de lo qué hay que hacer allí.
Protección
"Llegó un momento en que fuimos nosotros los que pedimos permiso para poder adecentar un poco la zona y nos dirigimos a la Diputación de Valencia, que fue la única que nos ha hecho caso", subraya Ropero. El Ministerio de Medio Ambiente tiene que pedirle permiso a la conselleria, pero la conselleria parece que no puede hacer nada por falta de liquidez. La Delegación de Gobierno puso en 2012 un plan de prevención de incendios de la que, según Ropero, "nunca más se supo, mientras Olocau está intentando protegerse de incendios e inundaciones".
Antonio Ropero se lamenta y desde un punto de Olocau donde se divisa gran parte del barranco piensa que "a lo mejor hay que esperar a que pase algo grave para que reaccionen y estamos dispuestos s emprender acciones legales, si hiciese falta para hacerlos reaccionar".
El último documento enviado a la Conferencia Hidrográfica es del 30 de abril de 2014 y todavía no ha recibido ninguna respuesta. Ropero se siente solo en esta lucha que, por desgracia, continúa, mientras la comarca entra, sin remedio, en la temporada alta de incendios, concluyen las mismas fuentes.
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