El profesor de la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir” y jefe del Servicio de Oncología Radioterápica del Instituto Valenciano de Oncología (IVO), Leoncio Arribas, ha pronunciado este miércoles una conferencia en el Curso de Verano de Medicina sobre innovación oncológica que la UCV celebra en el seminario Monte Corbán de Santander.
Arribas ha asegurado en su intervención que los avances médicos “están consiguiendo un aumento de la supervivencia de los pacientes de tumores digestivos de manera similar a lo que ya ocurre con el cáncer de mama”.
En este sentido, el especialista ha recalcado que la prevención en los cánceres digestivos se ha mostrado “muy eficaz”. Así, ha subrayado la “estandarización” del diagnóstico precoz de tumores a través del análisis de la sangre oculta en heces y la endoscopia posterior en caso de resultar positiva dicha prueba”.
Para mejorar la protección, el profesor de la UCV ha recomendado que, “al mínimo síntoma de sangrado rectal”, debe acudirse al médico de cabecera para que este le remita a un especialista, pues se trata de un síntoma que avisa de que hay un posible tumor”.
Asimismo, ha añadido que “todavía nos encontramos con pacientes que llegan a la consulta después de meses de sangrado, retrasando este momento por pudor o miedo de que se le vaya a practicar una endoscopia”.
Igualmente, ha lamentado que “llama la atención que en el año 2014 aún hayan muchos pacientes que se resistan a ir al médico para comprobar si tiene un tumor o una hemorriode, por ejemplo”.
A pesar de señalar que no existen demasiados hábitos que puedan prevenir la aparición de tumores en el aparato digestivo, Arribas ha reclacado que “debe evitarse el consumo excesivo de carne roja como la ternera o el solomillo, con una máximo de ingesta de dos o tres veces por semana”.
Además, el experto ha afirmado que gracias a los avances en Medicina, se está convirtiendo el cáncer “en una enfermedad crónica”. Así, ha añadido que “vemos que, a veces, controlamos el tumor y al cabo de unos años puede aparecer una metástasis, por lo que a mí no me gusta hablar de curación con la realidad actual del cáncer”.
Técnicas de imagen que se emplean en patologías oncológicas del aparato digestivo
Por su parte, el médico adjunto del servicio de diagnóstico del Hospital General Universitario de Valencia Alfonso González Cruz ha afirmado que “los retos de la investigación en radiología oncológica han de encaminarse a conseguir un diagnóstico anatomopatológico y menos radiológico” en el Curso de Verano de Medicina de la UCV en Santander.
La mayoría de los pacientes con cáncer se someten a una biopsia o a otro procedimiento para extraer una muestra de tejido para su examen por un anatomopatólogo para diagnosticar su enfermedad. Un anatomapólogo es un médico especializado en el diagnóstico de la enfermedad basado en el examen de tejidos y líquidos extraídos del cuerpo.
Así, en su intervención, este experto radiólogo ha detallado las novedades en las técnicas de imagen que se emplean en estos tipos de examen que se realizan para tratar las patologías oncológicas del aparato digestivo, fundamentalmente a través de la tomografía axial computarizada (TAC) y de la resonancia magnética.
La resonancia magnética, “en los últimos cinco años ha dado un aumento espectacular en cuanto a sus funciones y posibilidades diagnósticas”, ha expresado el especialista. Asimismo, ha explicado los nuevos procedimientos para la evaluación de la vía biliar que presentan menor riesgo frente a otros métodos convencionales, “más complejos e invasivos”.
El diagnóstico por imagen de patologías del árbol biliar se puede realizar mediante técnicas que pueden ser invasivas, como la ecoendoscopía y la colangriografía transparietohepática, o no invasivas, como la ecografía, la tomografía computarizada helicoidal con o sin la administración de contraste, la medicina nuclear, y la colangioresonancia, siendo este último método el más adecuado actualmente.
Las técnicas invasivas permiten la visualización de los conductos biliares y pancreáticos y el diagnóstico de enfermedades a estos niveles y la exploración es compleja y suele acarrear complicaciones. Frente a ellas, las técnicas no invasivas que ha comparado González Cruz, “proporcionan una probabilidad, mayor o menor, de observar si la lesión es maligna, llegando en ocasiones al 95 por ciento de fiabilidad aunque “el diagnóstico último siempre lo da la anatomía patológica”.
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